El cuento del hipopótamo, contado de diversas formas.
Todas las tardes, después de recuperar la calma de la que es arrebatado el ser humano, por la rutina misma, ella se sienta en la sala. Llama dulcemente a su hijo para que lo acompañe. Él, en ese anticipo amoroso, lleva consigo una pequeña grabadora. Lo ideal es que lleve un libro. Sabe que su madre lo llevará de paseo por el mundo de la fantasía, de la magia; y el mejor camino para ello es el cuento.
Se sienta en el regazo de su madre. Ella enciende la pequeña grabadora, él sabe que se le ha abierto la puerta a un mundo infinito. Le pide que pronuncie una palabra, él menciona lo siguiente: “hipopó…tamo”. Empieza a reír por lo que acaba de hacer, sabe que aunque lo han hecho muchas veces, no perderá la capacidad de asombro cuando su madre le ponga en altavoz lo que ha grabado; escucha: “hipopótamo”.
A partir de ese momento, ambos entran en esa dinámica de grabar historias, en este caso en particular, respecto al tema de un hipopótamo. Él empieza a crear su historia, ella, además de grabarlo, a incentivarlo a que siga construyendo una secuencia de momentos llenos de magia. Disfrutan el resto de la tarde en ello. Son inmensamente felices. Los cuentos resultan llenos de amor.
Pasa el tiempo. Ambos crecen. Él alcanza cierta madurez, ella la vejez. Él se dedica a escribir historias de cuento, ella a tejer historias de recuerdos. Ambos son felices. En algunas ardes, él visita a su madre acompañado de su hija para que graben cuentos. Ambos esperan que ella sea cuentista, aunque en realidad, como se sabrá en un futuro, terminará siendo médico.
Disfrutan inmensamente todas las tardes. Crean cuentos. Viven. Algún día morirán más sus voces quedarán grabados hasta que se pierdan en el tiempo. Las historias se disiparán pues nada es eterno. Eso es lo hermoso de la vida, permite vivir el instante. El amor.
Así es amigo @abnerpantoja
Disfrutar el momento... plasmando ese espacio en el pensamiento, y vivir drenando todos nuestros sentimientos; respirando del amor, hasta que hilvanando historias: abandonemos nuestras pisadas transitorias.
Abrazo!
No hay mejor filosofía de la vida que esta. Me da un enorme placer leer bellas palabras en el comentario que dejas. Aprendo mucho de ello.
Wao bastante profundo, me gusto.
Gracias por el comentario.
Buenos días @abnerpantoja
Desconocía dicho cuento; interesante.
Saludos.
Agradecido por el comentario. De regreso después de algunas complicaciones de salud, con la noble y genuina intención de aportar algo de buena literatura. Saludos.
Escuchar un cuento te transporta, en la universidad se presentaban cuenteros y me gustaban mucho. No volví a verlos. Felicidades!
Los cuentacuentos van desapareciendo lamentablemente.