El hombre siempre ha sentido la necesidad de conocer la forma en la que evolucionó la vida en el planeta. Grandes personajes de la historia se han encargado de generar un aporte, que tal vez para la época en la que surgen sean bastante convincentes; la Abiogénesis, los coacervados de Oparín para explicar el origen de la vida desde la química molecular, las arcillas de Fox, la teoría de la necesidad de Lamarck, la selección natural de Darwin, el saltacionismo de Niles Gould y Eldredge, el gen egoísta de Dawkins y el neutralismo de Kimura son algunas de las más conocidas.

La Evolución es una disciplina que se nutre de otras ramas de la Biología y química, pues para estudiar la aparición, desaparición y perpetuación de una especie podemos recurrir a estudios morfológicos, fisiológicos, genéticos, químicos, embrionarios, antropológicos, ecológicos, etológicos, reproductivos, entre otros. Cada uno de ellos contribuye a la construcción de cladogramas o arboles evolutivos, cuyo bosquejo nos muestra la trayectoria de vida de una especie, desde un ancestro común, en un eón específico.

Darwin, nos apunta hacia una evolución lenta, gradual y progresiva. Esta piedra angular resalta las modificaciones que acumuladas en el tiempo geológico, han ocasionado transformaciones importantes que le permitieron a las especies adaptarse. El registro fósil para algunos clados evolutivos es tan escaso, que ha dado lugar a otras hipótesis.

De los pasos lentos de Darwin, pasamos a los Saltos. El equilibrio puntuado o Saltacionismo de Gould y Eldredge nos habla sobre las inconsistencias del registro fósil para determinar una transición de un clado a otro. En vista de ello, plantean que en ciertos períodos, particulares para cada especie, se generaron transformaciones radicales -saltos- seguidos por períodos de estabilidad –estasis- . Si lo observamos mediante un ejemplo, podría mencionar a los quelónidos, las tortugas, quienes mantienen similitudes muy cercanas al reptil ancestral a pesar del tiempo transcurrido desde su aparición, por lo que a la hora de verlo desde el saltacionismo, pudiésemos decir que se encuentra en estasis.

Para los autores, los periodos de estabilidad pueden llegar a mantenerse por aproximadamente tres millones de años, para luego iniciar un proceso de puntuación o salto. Hemos visto entonces dos importantes posturas que, han sido determinantes en el estudio evolutivo de la vida ¿Cuál apoyas? ¿En qué te fundamentas? …

Si bien es cierto, contradecir al Darwinismo no es una tarea sencilla pues hasta ahora ha sido la más apoyada por las evidencias encontradas; sin embargo, los adelantos que han surgido desde que Charles la postuló pudiesen abrir nuevas opciones. El neodarwinismo incluso, se ha fundamentado en la Biogeografía, Paleontología y la Genética, rectificando en Darwin que, no evolucionamos como individuo, sino como especie.

Cada postura, ha sido un aporte de cada pensador curioso, que no se satisface con el solo leer lo que los libros o cualquier medio divulgativo plantea. La vida misma, nos hace observar sus detalles, confrontar nuestras ideas, analizar procesos de sobrevivencia y valorar la existencia de cada ser vivo. Respetar cada una de estas ideologías, que surgieron en momentos distintos a los actuales y con progresos e instrumentos rudimentarios es valorar la producción académica de cada científico. ¡Nos seguimos leyendo!

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