Transformación en acción | Tercera parte

in #spanish6 years ago (edited)

Nota de la autora:

Inspirado en Paulo Coelho. En resumen, es un relato a base de los propósitos que uno quiere encontrar en la Vida, pero tendrá que aprender que no todo es lógico, y qué no será fácil, porque el Don es algo que requiere de mucha paciencia y de habilidad. Qué Dios le bendiga, y que disfrute la lectura.


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Fui al alojamiento de Nathan, y empezamos a hacer el proyecto, ya teníamos algunos materiales y empezábamos a crear y diseñar, había leído algunos fragmentos de los libros de biología para poder continuar, realizamos un prototipo de planta artificial, buscábamos elementos naturales y artificiales, y lo convertimos en algo inexplicable; era asombroso también poder trabajar con productos reciclables.

Nos faltaba poco, faltaban los últimos arreglos, la verdad quedo muy bien, pero soy perfeccionista. Este proyecto es no mucho trabajo, ya que yo he ido a cada una de las clases, y algo aburridas por cierto. Nathan se dirigió cerca del comedor, y puso en su reproductor música de balada, suave, melodías bonitas, la música que me encantaba oír.

—No sé si te gustará ésta clase de música, pero la escuchaba desde niño. Mis padres me enseñaron escuchar líricas inspiradoras, mientras que en estos últimos años, la sociedad se dedica a escuchar música que ya no cuentan una historia.

—Tienes razón en eso. La verdad, yo también encontré mi gusto por la música desde pequeña, cuando escuchaba las canciones de La Oreja de Van Gogh. Hasta el sol de hoy todavía me siguen gustando sus canciones, tan bonitas y con historias profundas.

—La verdad, ha cambiado mucho la sociedad. Pongo esta música para relajarme un poco y sentir una paz interior, además que mi madre cada vez que hacía su famosa lasaña, colocaba esta canción.

—Rosas...

—Sí. La ponía muy nostálgica, ella se acaba de ir a los Estados Unidos hace meses, por una oferta de trabajo. Es programadora.

—Me imagino qué es dificl para ti...

—Ya me acostumbré, aparte hablamos mucho por teléfono. En la noche la llamo.

—Bueno, ya que casi terminamos con el proyecto...

—Ah sí, los misterios que nos ofrece la magia.. Umm, deberíamos empezar.

—¿Después seguimos con el proyecto.

—Sólo le falta la iluminación, aparte es para la semana que viene. Hay que disfrutar los pequeños momentos que nos ofrece la vida para hacer algo nuevo, para guiarnos hacia un nuevo destino, en busca de posibilidades.

—Estoy de acuerdo...

—Hay que empezar leyendo algo referente al tema.

—¿Te puedo contar una anécdota? Sé que apenas nos vamos conociendo, pero como estás interesando en el mundo que quiero explorar...

—Te entiendo. A veces somos cerrados con algunas personas, e inclusive a las que apenas sueltas una agradable conversación.

—Estoy loca, pero soñe con un Hechicero. Él me decía la verdad.

—Puedo pensar qué sí estás loca. Pero en un sueño todo puede pasar, la imaginación no tiene límites, aparte de que si lo soñaste fue por algo ya que es referente al mundo de la Magia.

—Mi imaginación tiene más límites que la distancia que hay del sol hasta aquí.

—Comprendo. Pero, ¿qué te querrá decir?

—No lo sé. Sé que ésto es a lo que me dedicaré próximamente; he estado en otras épocas, en otros siglos, en otras sociedades, con gente relativamente muy distinta.

—Ahora sí diré que estás loca. ¿Cómo es posible? ¿Tienes más de mil años?

—No... Es complicado.

—Ahora estoy confundido, giraste la pieza del rompecabezas.

—Entiendo que estés confundido, sólo olvida lo que te he dicho.

—No lo olvidaré, te seguiré insistiendo, es realmente interesante.

—....Después te cuento. Aún queda mucha travesía por recorrer.

—¿Qué te dijo ese señor imaginario?

—Qué leyera un libro, se titula « más allá de la vida ».

—Interesante, pero me imagino que no es fácil conseguirlo.

—No. Hay que buscar en las bibliotecas más prestigiosas.

—Entiendo, bueno si quieres mañana después de clases, lo buscamos.

—Sí, me parece buena idea, aunue tengo que salir de compras.

—La magia primero. ¿Que más te dije?

—Algo relaconado con lo que después te diré.

—Aún quedo con la intriga.

—Pues, estarás así quizás por meses.

—Por Dios. ¡Hey! ya deberías irte, es tarde.

—Tomemos algo primero.

—¿Cómo qué?

—¿No tienes algo de alcohol?

—¡Señorita!

—Sólo un poco. Tengo diesiocho, y bueno en mi casa no bebo bsolutamente nada, como dijiste hay que disfrutar los pequeños momentos.

—En eso tienes razón, pero lo único que hay es Vodka...

—Supongo que no eres mayoría de edad.

—No...

—¿Cuando los cumples?

—En dos semanas, el veintidós de marzo.

—Yo los cumplí en febrero, el dieciocho.

—Me llevas sólo un mes y cuatro días.

—Pero, te falta poco. No te incito a la borrachera, pero qué lo pruebes. Yo empecé a probar desde Enero.

—Eres algo distinta a mí, a mi me gusta más las gaseosas, el café o el té.

—A mi también, pero de vez en cuando hay que probar cosas nuevas.

—Bueno, pero sólo esta vez, ya iré por la botella.

Fui hacia su cocina, y ví lo nervioso que estaba al abrir la botella, así que lo ayudé, le dije que no era nada. Nos servimos dos copas, y empezábamos a tener otro tipo de conversaciones relacionadas a nuestros propósitos, y pasé todo el rato hasta la noche, como a las diez y cuarenta y dos. Tenía que irme pero no sabía cómo, así que llamé un taxi, y como no caía la llamada, me despedí de él, pero decidió acompañarme.

—Fue agradable pasar una tarde contigo Serena. Iré contigo, no es seguro andar por las noches en estos tiempos.

—Gracias, pero sé cuidarme sola.

—Déjame guiarte. Hay vías en las cuales llegas más rápido. Aparte vives a casi quince minutos de aquí en auto. Caminando sería casi una hora...

—Por eso, te preoupas de más.

—Tranquila, seré tu compañero por tu paseo en la noche.

—Jajaja, qué caballero.

—Siempre lo he sido. A ver, ¿no olvidas nada?

—No, ya tengo todo lo que necesito.

Salimos del departamento, y recorrimos las oscuras calles de mi ciudad, y se veía tan desolada, antes habían niños jugando en las esquinas, gente bailando... Sólo veo personas que se ocultan entre los escombros para disfrutar de su cigarro, y su sabroso licor. Él parecía tener la seguridad por dónde caminaba, a las once de la noche, el número de gente en el bar aumenta, y en el cielo nacen más estrellas, después de treinta y nueve minutos caminando, llegamos a mi calle, y de ahí, sólo quedaban aproximadamente tres minutos. Allí nos despedimos, cordialmente, y una sonrisa mutua. Al llegar, sólo me recosté en mi cama, y pensaba de todo un poco, el proyecto, el caballerismo de Nathan (en sí, es la primera vez que un chico se arriesga por mí a esas alturas de la noche), y en el hechicero misterioso, pero ya estaba preparada para descubrir la otra etapa de nuestra travesía. Descubrir lo inexplicable, y dejarse llevar por el instinto del alma.

Escrito por; @andreissanchez