Ella y él

in #blog8 years ago

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Era de mañana, y ella estaba sentada en su ordenador, con su auriculares haciendo lo que mejor sabía, escuchar música, mientras Melendi cantaba tocado y hundido y ella lo seguía en un singular coro, su ojos se centraban en esas fotografías de años anteriores que guardaba en su aparato, recordaba y sonreía pues no podía evitarlo en cada una de ellas había una historia diferente, triste o feliz pero ahí estaba. Su teléfono vibró y sonrió al ver ese nombre que salía en su pantalla, espero unos segundos más y entonces contestó
-¡Alo! Maldiciendo por su inesperada y alarmada reacción…
Y él respondió
-¿Como estas?
-Muy bien, ¿y tú?
-¡Bien! ¿Qué haces?
-En estos momentos, sentada en mi ordenador viendo fotos viejas, acabo de ver una nuestra por cierto…
-¿Ah sí? Quiero verla, ¿te parece si voy a tu casa y me la enseñas?
Conmocionada por lo que acababa de escuchar, pensó unos segundos y luego respondió…
-¡Bueno está bien!
-Nos vemos en un rato entonces... respondió el
-¡Vale! Avísame cuando llegues.
-Lo hare…
En cuanto la llamada se cortó, con gran entusiasmo posó el teléfono en su pecho y con una gran sonrisa se cambió de ropa y se alistó para esperarlo. Pasaron no más de treinta minutos cuando su teléfono volvió a sonar, con una gran sonrisa contesto y escucho ese “¿Me dejas entrar?” que tanto había esperado, a pesar de que solo fueron treinta minutos, para ella fueron días, pero al fin estaba ahí en su puerta, incrédula lo deja entrar y él con una gran sonrisa le dice –Hola preciosa, ansiaba verte- Ella no habló, sólo sonrió y con emoción le dió un fuerte abrazo, el tiempo se detuvo entre ellos y ella solo quería estar así el resto de su vida.
Pasaron a su cuarto de estudio donde estaba viendo aquellas fotografías, y cuando le muestra esa de la que le había hablado anteriormente, este sonríe y le dice –De verdad no vemos bien, haríamos una muy bonita pareja ¿no?- Ella no podía creer lo que acababa de escuchar e intentando disimular su emoción respondió -¡Ja! Si claro- ambos rieron y seguían recordando esos viejos tiempos que compartían juntos, entre mas hablaban mas se daban cuenta lo mucho que se extrañaban, pero en un momento inesperado él se acerca y con un gesto serio le dice –Has cambiado, no me tomes a mal, no es un cambio malo, de hecho me gusta- Ella sonrió, fue lo único que podía hacer era increíble la manera en que él la descontrolaba, a pesar de ser muy habladora este hombre le quitaba las palabras; sin esperarlo él se acerco tocó su rostro y en un suave movimiento la besó, en ese beso ella puso todas sus fuerzas y se debilitó de tal manera que no pudo controlar el deseo que sentía por él, la tomaba con posesión y ella se dejaba guiar, cuando la situación pasó a ser un poco más intensa sus ropas empezaron a caer y ahí, postrados en un sofá se dejaron llevar, ambos se movían al compás mientras él le susurraba cuanto la deseaba, ella totalmente envuelta en el placer de la situación acercó su boca a su oído decir eso tanto tiempo estuvo guardando en su caja de secretos, cuando una inesperada llamada la despertó de ese profundo sueño en el cual había caído postrada en su diván, con el corazón agitado y el sudor en su frente despertó, y aun sorprendida por lo que había soñado vió el nombre de su mejor amiga y se dió cuenta que era la cuarta vez que esta la llamaba, se decidió a contestar y olvidando lo que acababa de pasar se levantó del diván y hablo por horas con su gran amiga que tanto extrañaba…