¿Quién no se ha sentido roto? es un esfuerzo sinceramente hacer ver mi punto sin llevar hasta el extremo y convertir esta obra en un tema triste, -no es mi intensión-, es mi intensión más bien desde el equilibrio observar estos escenarios, sin estar en ellos, un aspecto científico el del arte, recoger una muestra desde dentro y examinarla por fuera, solo no estando roto podría hablar de estarlo, pues mientras se está, la ceguera es una enfermedad.

Imaginar es decir hacer imagen tridimensionalmente en la realidad de esta emoción a través de esta pieza de cerámica.

No importa el porque, importa extrapolar para la contemplación el como.

La muerte es el capítulo final de este post, pero no del mundo, ni de mis emociones, lo esotérico el estudio de lo eterno, es por eso que nunca en mis palabras debe interpretarse algo como finito, y así mismo se vence la muerte, así mismo desde ese entendimiento modele estas piezas que las representan en escalas más específicas, hechas para ser estudiadas por mí, aquí las letras pasan a segundo plano y acompañan a la interpretación de la imagen, que es el verdadero tesoro a extraer de este manifiesto.

La muerte al contrario que el nacimiento y la composición empieza con la descomposición, con dejar de ser, nada se crea ni se destruye solo se transforma, el momento más dramático de la transformación, el punto crítico del ondulatorio camino de la evolución.

Deformado y muy cerca del suelo empieza nuestro espectro el literalmente, ciclo mortal.

Estamos ya en el clímax, no cerca del suelo, en el suelo, mi análisis ha sido que solo desde aquí pueden empezar de nuevo los pensamientos optimistas y los sentimientos esperanzadores, esta emoción a la que es tan dolorosa de llegar, abre las puertas al nacimiento, desde aquí podemos hablar ya de nuevas ilusiones, el ciclo ondulatorio a descendido lo suficiente para volver a subir, desde abajo miramos hacia arriba y por el contrario del sentido común entendemos que la muerte es solo un nuevo principio.