Era la luz un juego de guitarras y era tu cuerpo música, desnuda dormías en la hierba, que menuda barca de sueño, anclada y sin amarres.
El mar rizaba el viento. Con sus garras desehechas en la costa, sollozaba como un hombre que muere. Destrozaba ese llanto del mar, pero quién puede renunciar a ese sueño que concede sólo una vez la vida, y yo soñaba.
Waldo Leyva
Esta foto es de mi autoria. De mi teléfono Samsung s3