¡Sonríe! - Te invito es contagioso
Siempre hay un motivo para sonreír, y aunque no nos fijemos el tamaño de nuestra sonrisa importa. ¿Por qué importa?, pues, las sonrisas dicen mucho de nosotros.
¿Te identificas?
¿Sabes qué tipo de sonrisa tienes?
La verdad lo importante es que podamos sonreír porque nos sentimos bien, porque estamos felices, porque la sonrisa se ve hermosa en nuestro rostro.
Aunque no sea para una foto, también podemos sonreír por todo; Sonreírle a la vida es parte de un plan que debemos mantener y no dejar que se desvanezca.
Cuestionar los momentos no es parte del plan, solo debemos sonreír sin más, sin pensar tanto, alegrarnos y ver lo positivo, sonreír sin parar.
Parte del plan inesperado de sonreír, es que todas las personas lo hagamos y seamos parte de un mismo idioma, aunque en el momento no encontremos motivos, no importa solo debemos SONREÍR.
Una sonrisa puede alejar hasta a los aspectos negativos de la vida, atreverse a sonreír es ser positivo. Sonreír no nos cuesta nada, es como ver la vida en un espejo en el cual te sonríe a diario y tú le devuelves la sonrisa, seamos recíprocos.
¿Cuándo debemos sonreír?
Sonriamos siempre, porque las sonrisas llenan vacíos y cosecharlas brinda de por vida felicidad.
Debemos sonreír:
- Sonriamos cada día.
- Sonriamos cada instante.
- Sonriamos a cada hora.
- Sonriamos cada segundo.
Sobretodo disfruta de esa sonrisa, que no se apague, que no se detenga, que nada ni nadie la pueda opacar; Regalemos sonrisas por doquier.
Cuando sonreímos que bonito se siente y es que hay sonrisas que vienen con eso que llamamos carcajadas, que vienen desde adentro de nosotros, que son sonrisas con ese sonido contagioso, que cuando te miran se pega y no se puede controlar, Esa sonrisa es la que debemos regalar.
En un mundo lleno de contradicciones, de situaciones frustrantes, de días malos y buenos, pero que al tener una sonrisa en nosotros todo lo podemos cambiar.
Aprendamos incluso a reír en los momentos malos, esto puede ayudar a alegrar el día a cualquier persona y aunque no tengamos repuestas de los porqués, vale la pena.
Sonreír nos permite ser felices sin un ¿POR QUÉ?, y hasta sin respuestas debemos sonreír porque cada quien puede ofrecer lo que tiene.
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