RETO// UNA CANCIÓN, UN RECUERDO //Por @danapalooza <|°_°|>
¡Hello, my Friends! ¡Hola, hola, hola, mis amigos!
Me encanta Venezolanos Steem porque @marcybetancourt y @solperez siempre andan inventando retos, talleres, actividades y concursos.
Estas geniales chicas y sus ali@dos no cesan de maquinar propuestas para motivar la producción de publicaciones y la interacción de quienes nos abrigamos bajo el cálido techo de la Casa de todos los sueños posibles.
Esta semana, por ejemplo, tenemos a @soyliliena con un extraordinario reto al cual no pude resistirme. Pueden encontrar las pautas de participación dando click aquí.
La canción que me pareció ideal para participar es Lone Digger, de Caravan Palace. Una pieza musical del álbum <|°_°|>, estrenado el año pero que se convirtió en parte de mi historia personal a inicios de 2020.
La imagen es un recorte de pantalla de mi Biblioteca de reproducción
Yo me encontraba de lo más relajada en Guama, una población del estado Yaracuy, en una megafiesta de pre-fin de semana deslastrándome de toda la carga que me había dejado una semana abarrotada de exámenes, trabajos, prácticas y profesores exigentes.
En ese municipio, la señal telefónica es siempre entre mala y pésima así que no supe del mundo exterior desde ese jueves en la tarde, cuando salí de San Felipe, hasta el viernes a mediodía cuando volví a esa ciudad.
Al entrar a una zona con buena conexión, los mensajes de texto comenzaron a entrar a mi celular como una avalancha. No podía abrir ninguno porque la entrada del otro y del otro y del otro me impedían leerlo. Cuando el teléfono dejó de anunciar nuevos mensajes, comencé a leer.
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Todos los mensajes eran de Las Tres Gracias de mi vida: mi madre, mi abuela y una tía que es mi segunda madre. El resumen de todos los mensajes era que debía viajar de inmediato para Cumaná por la pandemia mundial y porque en Venezuela acababan de decretar confinamiento total y suspensión de toda actividad grupal por tiempo indefinido. Y el segundo gran mensaje: “Te he estado llamando desde anoche ¿por qué no respondes? ¿dónde estás?”
En ese momento entró una llamada. Era mi madre. Respiré profundo y respondí. Me puso al día con la novedad y me ordenó que saliera de inmediato para Cumaná.
Le dije que tenía que buscar efectivo pues no tenía cómo pagar ni siquiera el bus que me llevaría a Valencia. Me ordenó que buscara, que resolviera pronto. Estaba fuera de sí. Traté de tranquilizarla y le aseguré que iría al banco a ver cuánto estaban dando (en aquél momento ya había muchas limitaciones con respecto a la cantidad a retirar) y además le pediría a un amigo que tiene un negocio de comida rápida. Me dijo que me moviera y colgó.
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De inmediato fui al banco y desde ahí llamé a Pedro, un amigo a quien ya antes le había pedido efectivo y él, sin ninguna demora me había ayudado. Esta vez quise explicarle el motivo de la emergencia, pero él no necesitó explicación pues – a diferencia de mí – ya sabía lo que ocurría en el país y me prometió llevarme efectivo a la agencia del banco donde yo me encontraba haciendo una larga cola para conseguir una ínfima cantidad de billetes.
Llegó como media hora después de nuestra conversación telefónica. Me alegré de verlo como nunca antes. Al estar cerca de mí se quitó los audífonos y me saludó. Percibí la música que oía a pesar de que soy un poco sorda.
—¿Qué oyes?
—Es Caravan Palace— se limitó a decir —.¿Los conoces?
—No. Pásamelos.
Él envió los archivos de música a mi teléfono y me entregó el dinero. Le hice un pago electrónico y se despidió de mí deseándome un feliz viaje.
La cola ni se movía.
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Al día siguiente salí de madrugada para Valencia. En el terminal – que estaba totalmente desolado – compré mi pasaje para Cumaná. Hora de salida: 5pm. Pasaría todo el día ahí. Ocupé un asiento en la gran y deshabitada sala de espera y me coloqué los audífonos para escuchar las nuevas canciones que tenía en mi lista de reproducción.
Caravan Palace llegó a mi vida en ese momento y sus magníficas composiciones musicales me brindaron durante esa espera agónica un poco de sosiego. Hoy, cada vez que reproduzco esa lista de canciones, vuelvo al terminal de Valencia y vivo nuevamente el inicio de esta etapa de caos global.
Gracias por la visita
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La música siempre alivia los momentos complicados. Gracias por participar.
Yo te agradezco por esta idea tan bella. La música es uno de los alimentos espirituales más completos.
Hola, amiga @danapalooza. Me pareció su publicación muy interesante; por eso la escogí para mi Top 3 en: Iniciativa: Leer hace bien – 14ta semana. Saludos y éxitos.
¡Hola! ¡Qué honor me hace, @cruzamilcar63! Me alegra muchísimo contar con su apoyo para promover la lectura de mis publicaciones.
Gracias de todo corazón.
Gracias sinceramente por el apoyo que nos dan a los autores de contenido original. Es un estímulo enorme para continuar creando posts y trabajando por el fortalecimiento de esta plataforma.