Alzheimer "la historia de Juana"

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Juana una señora que tuvo 3 hijos y estos a su vez le dieron un total de 6 nietos, después de su adolescencia se graduó en la carrera de ingeniería pero no quiso ejercerla sino que decidió tomarse un tiempo para viajar, fue al hermano país Colombia donde duró 2 meses, conociendo sus costumbres, música, comida y su hermosa gente, luego fue a México encariñándose tanto de este bello país tanto como de Colombia o su tierra natal Venezuela.

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Ella era toda una enciclopedia, de todo sabia un poco y de lo que más le gustaba hablar era de los carnavales de barranquilla y de las playas de Acapulco, su escritor favorito era Gabriel García Márquez y su comediante Roberto Gomez Bolaños “El chavo”, y de Venezuela hablaba de la gran sabana y de Bolívar, al pasar el tiempo ya Juana de 75 años no era la misma, la vida le había dado un giro tremendo de pasar toda su vida contando anécdotas a ya no recordar nada, le había dado una terrible enfermedad cerebral que afecta directamente la memoria, la manera de pensar y de comportarse le había dado Alzheimer, se había olvidado del nombre de sus hijos y mucho más del de sus nietos, Gustavo su hijo vivía con ella y la cuidaba, hoy le decía José, más tarde Pedro y al otro día Rubén y hasta lo echaba de la casa porque decía que era un ladrón o un secuestrador, al pasar los años cada vez era peor, escondía las cosas y luego no sabía dónde estaban, en la nevera metía la cartera y a veces hasta la ropa, y de sus anécdotas de adolescente ya ni se acordaba, la llevaban al parque y no sabía ni con quien iban ni donde estaba, un día por la noche se levantó y empezó a gritar por la ventana que la querían violar, su hijo Gustavo no hallaba que hacer, dos vecinos ya sabían su condición, de repente sonó un estruendo como un disparo, era un fosforito, ella se puso muy nerviosa y más nunca volvió a hablar, de allí en adelante todo era por señas, no se quiso parar más de la cama, había que bañarla, vestirla y darle la comida a Juana ya que el Alzheimer la había consumido, hasta que un día cerró sus ojos y no los volvió a abrir, Gustavo nunca se apartó de ella aunque en los últimos años ella no lo reconociera.

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A las personas que padecen esta terrible enfermedad se les debe tener tolerancia y paciencia, realmente no saben lo que hacen, una anécdota personal es de un hombre conocido de mi familia, un día lo voy a visitar y lo primero que me dice es que se acababa de ir mi hermana “tu hermana es muy buena, me trajo una arepa”, y yo molesto ya que solo tengo un hermano, automáticamente pensé que mi padre había tenido una hija fuera del matrimonio, ya estaba que explotaba, ya que no dejaba de hablar de ella y de lo buena que era, hasta que salió la señora que lo cuidaba y me dijo que mi madre le había llevado unas arepas y se acababa de ir, lo que hice fue reírme de lo sucedido pero después fui entendiendo, cuando me iba me dijo “chao Jesús nos vemos en el trabajo” y yo me llamo Danny y no trabajaba con él.

Si tienes un familiar con esta enfermedad entiéndelo, ayúdalo y trata de siempre estar ahí, eso es lo más importante, nunca lo abandones aunque te llamen Richard, Pedro o Luis menos por tu nombre, aunque no recuerden nada siguen queriéndote y siendo tu familia o ser querido, gracias.