Hoy tocare un tema que Gracias a Dios cada día es más inclusivo en el mundo, recuerdo que antes eran ignorados, escondidos dentro de sus casas, sin derecho a educación, deporte y cultura.

El Sindrome de Down lleva este nombre en honor a uno de los médicos que descubrió la alteración cromosómica en el par 21 donde se visualiza un cromosoma más, en el año 1886 llamado: John L. Down.

El Síndrome de Down, no es una enfermedad, es una condición o trastorno cromosómico que ocurre cuando aparece una alteración o material genético extra en el cromosoma 21, generando discapacidad intelectual.

Pues bien, el 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down para crear conciencia en el mundo sobre la importancia que tienen las personas con esta condición intelectual, de igual manera se sensibiliza por los grandes aportes que realizan a lo largo de toda su vida.

Es gratificante que cada día el mundo se sensibilice con las personas con este trastorno, desde mi experiencia personal tengo mi historia con una personita “súper especial” pude ver como creció encerrada, sin amigos, sin asistir al colegio… (porque todos la miraban diferente), su mamá siendo educadora no permitió que su hija asistiera a clases presenciales dado que a todos mumuraban y antes tengo entendido no los aceptaban, que horrible, que insensibilidad que es nuestros tiempos de colegio, no se nos sensibilizara y concientizara a compartir con compañeros que aunque parecían diferentes por una simple condición merecían ser incluidos tanto o más que nosotros que según eramos normales… ciertamente siento que la normal era Vivi y nosotros eramos los extraños incapaces de compartir con una persona que necesitaba afecto y atención, el que tiene un familiar, amigo, conocido, sabe los amorosos, inteligentes y conversadores que son, yo los adoro…Mi vecinita Vivi Gracias a Dios, tiempo después pudo acudir a un colegio especializado, aprendió a coser, tocar guitarra… yo me sentí feliz que después de tanto tiempo apartada del mundo, demostró que ese cromosoma de más la hace una persona especialmente amada y querida por todos.

Tiempo después, aunque el mundo ha cambiado y ya no padecen las situaciones tan horribles de exclusión, hace falta mucha información para concientizar y romper esas barreras excluyentes que obstaculizan la calidad de vida de las personas con síndrome de down. Queda de parte nuestra, ser portavoces de los aportes que pueden realizar estas personas en cualquier ámbito de la vida (música, baile, televisión), increíblemente son personas mágicas.