En un castillo lejano, existía un hermoso jardín donde había a flores de diferente formas y colores.

Una mañana calurosa, salió la princesa a contemplar el paisaje y observó una flor con un tomo amarillo brillante que parecía resplandeciente como el sol, y llamó a uno guardia para que la cortará para ella.

Cuando intentaban tocarla algo extraño ocurría, el sol brillaba con más intensidad que sus rayos quemaba las manos de quién lo hacia; además salía una pequeña criatura que se posaba encima como un feroz guardián, que mostraba sus afilados colmillos para que no se acercarán.

En ese momento llegó una mucamas y le dijo a la princesa que esa flor era la hija del sol, que había sufrido una maldición, y el príncipe que la pretendía, pidió convertirse en ese insecto protector para vivir por siempre con su amada. La princesa pidió que levantarán un cerca para proteger la flor y así nadie pudiera dañar su belleza.