Competir para mejorar

La competitividad la escuchamos frecuentemente en el sector empresarial, los profesionales se desarrollan escuchando esa palabra en cada uno de los seminarios y cursos que realizan, pero muchos preguntan ¿ donde se adquiere ? ¿ en qué materia se aprende ?

Es común ver a personajes famosos de diversas áreas comentar que sus primeros pasos se realizaron siendo muy niños. Asegurando que desde temprana edad se deben inculcar hábitos que generen conductas exitosas.

Ser competitivos no es un requisito obligatorio para progresar en la vida, pero sin duda es un elemento que fortalece las capacidades de cada ciudadano, genera una especie de escudo ante situaciones complejas y permite estar alerta para esa palabra que a veces nos cuesta asimilar, CAMBIO.

Semillas para el éxito

Desde un programa de poesía infantil, un torneo de fútbol menor, un seminario de ideas, cualquier iniciativa será un aporte vital para que las personas apuesten a ser competitivos, esto no un término elitista solo para académicos, un jardinero con perspectivas laborales tendrá la capacidad de fabricar equipos que harán más fácil su trabajo, un joven que escribe poemas en una plaza tal vez sea guionista de una película famosa, un médico de un pueblo puede erradicar una enfermedad incurable con dedicación, competir siempre positivo por que el proceso de aprendizaje es ilimitado.

Es necesarios que en las escuelas existan concursos, que se reconozca al mejor y se estimule al resto en superarlo, esto no es egoísmo, traición e individualismo, ser mejor no beneficia a una persona, somos seres sociales donde todo nuestro avance sirve para permear el entorno. La genialidad de un artista, deportista o científico no trasciende hasta que se refleja en los demás.

Los niños deben dar rienda suelta a su capacidad de crear y soñar, cambiar por un instante su manera de ver las cosas, no es necesario un premio en metálico, ni siquiera un diploma de papel, tal vez un niño con potencial solo necesita ser escuchado con atención, ser valorado, el ingenio humano debe contar con una tribuna que sirva de plataforma para extender sus ideas.

Un mundo de problemas siempre debe tener personas con soluciones.