Poseidos por la lujuria (Novela cómica) cap: 2 Autor: Franklin Dum

in #poseidos7 years ago

Capítulo 2: Las consecuencias del deseo

El sol brillante se filtraba por el cristal fino del parabrisas del viejo auto que circulaba como el agua de un rio por la autopista, las ventanas iban abajo y la briza fresca lograba apaciguar el calor, aquellas manos tensas del extraño sujeto que conducía firmemente agarradas al volante estaban humedecidas por el sudor. Se trataba de un taxista llamado Ramón pero no de cualquier taxista, este conductor público en particular era un investigador pero no cualquier tipo de investigador, este se encargaba de investigar los sucesos paranormales que ocurrían a diario, sin embargo, su oficio como taxista le dejaba un dinero extra del que no podía dejar de disponer para reponer sus gastos cotidianos.
Ramón miraba por el retrovisor segundo tras segundo para visualizar a la hermosa mujer que viajaba en los puestos traseros del vehículo, parecía que no podía dejar de mirarla por más que quisiera, él tenía esa sensación de que algo no andaba bien. Aquella mujer de cabellera carmesí y pequeños ojos marrones tenía algo que le resultaba extraño, su figura femenina vestida de un luto aparente, blusa negra, falda intermedia hasta las rodillas y sandalias del mismo color oscuro, desprendía un aura sobrenatural a la que este hombre estaba acostumbrado a ver en criaturas tales como fantasmas y demonios.

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Su cara me parece familiar… ¿Nos hemos visto antes…?
Lo dudo mucho recientemente llegue del extranjero así que es algo imposible, a menos que allá ido de vacaciones a mi país claro.
Entiendo. Entonces son ideas mías.
Aunque ahora que lo pienso si nos vimos una vez en el funeral de su esposa.
¿Qué quiere decir?
Yo era la chica que estaba en el hoyo esperando el ataúd donde se encontraba su mujer para conducir su alma al otro mundo.
Sabía que no lo estaba imaginando, muchos pensaron que estaba loco después que hice el comentario sobre aquel suceso.
Es una pena. ¿No lo crees?... La humanidad vive una vida plena con sus ojos cerrados ante cosas tan elementales como lo son dios y los demonios.
¿Qué hace un demonio como tu caminando entre los hombres?
Hay alguien que me interesa y creo que su inmadurez lo expondrá a muchos peligros quisiera que tu fueras quien lo guie en sus primeros pasos al mundo al que yo pertenezco.
¿Qué te hace pensar que te ayudare?
Sé que tus días en la tierra están contados investigador paranormal, sé que dentro de ti hay un cáncer que ha marcado el día de tu muerte, si guías al muchacho juro que yo guiare tu alma al lugar donde se encuentra tu esposa en el momento que te toque partir.
Parece un trato justo, pero dime una cosa… ¿porque este individuo es tan importante para ti?
Quizás porque está comenzando a hacerse una estrella en el firmamento.
Todavía no puedo creer que estoy hablando con la criatura que se llevó a mi mujer hace cuatro años.
Tú sabes muy bien que la existencia de los vivos es tan frágil como un vaso de cristal, yo no tuve nada que ver con la muerte de tu esposa tan solo me apiade de su alma y la guie al inframundo en el momento de su muerte.
¿Acaso crees que soy idiota?...Nunca confiaría en un demonio.
En ese instante Ramón detuvo el vehículo y volteo a ver a aquella mujer sobrenatural que transportaba en el asiento trasero pero esta se había esfumado.
En otro lugar de la pequeña ciudad de Maturín. Me encontraba en medio de un examen de matemáticas y no sabía absolutamente nada, además, no podía concentrarme porque no dejaba de pensar en lo que pasado el día anterior. El reloj de pared ubicado encima de la pizarra movía sus manillas lentamente con cada segundo que pasaba y generaba un sutil sonido que era muy molesto, la página donde estaba realizando el examen tenía toda una serie de aquellos cálculos sin respuestas mientras que me limitaba a hacer pequeños puntos en la hoja. El profesor de matemáticas era un hombre viejo con mal genio llamado Aníbal, era el tipo de persona que disfrutaba mucho ver sufrir a los demás en este caso a sus estudiantes, se acercó hacia mi siento y observo mi examen con una sonrisa de par en par.
Tan holgazán como siempre señor Jericó es una deshonra para esta institución. Dijo el profesor.
Creo que hay peores estudiantes que yo en esta clase señor Aníbal. Respondí.
Se equivoca usted es el peor estudiante dentro de este nido de buenos para nada.
No sea exagerado.
No estoy exagerando tan solo soy franco con las personas que no merecen ni un minuto de mi tiempo.
Entiendo. Creo que ya he terminado con mi examen. Conteste mientras le entregaba la hoja del examen.
¡Vallase a la mierda maldito holgazán!...Puede quedarse con su examen ya ha reprobado esta unidad curricular. Comento el profesor mientras hacía pedazos la página del examen y me lanzaba los papelillos resultantes al rostro.
Salí rápidamente del salón de clases para evitar una confrontación mayor con el viejo profesor de matemáticas. Entonces fui hacia un parque cercano al colegio y me senté un culombio, estando allí empecé a pensar en todas las cosas que me habían sucedido y por alguna razón se me escapo una carcajada, en realidad no me importaba haberme encontrado con la abominable criatura, ni me importaba haberme convertido en una deidad menor, tan solo me importaba el hecho de haber estado cerca de acostarme con mi profesora de inglés y haber hecho un trio con la enfermera y la directora, era un sueño hecho realidad y quería que algo parecido volviese a ocurrir sin importar las consecuencias.
En el momento que estaba meciéndome en el culombio se acercó hasta mi Margaret la directora del colegio quien me había seguido sin darme cuenta, observe en silencio mientras ella se acomodaba en el culombio de al lado y empezaba a mecerse al igual que yo lo hacía. Sus ojos denotaban un aire de melancolía en aquella mirada llena de culpa, sus labios finos pintados de rojo brillaban con el sol, su figura esbelta lucia tan bien con su vestimenta casual, sus senos escondidos bajo su camisa blanca eran tan encantadores como sus recios muslos bajo aquella falda negra, lucia como siempre solo que su posición autoritaria era opacada por un sentimiento de pena.
Tengo una familia. ¿Lo sabes?
Por supuesto señora Margaret.
Anoche mi esposo me dijo que olía a rosas y me pareció irónico que no lograra percibir el perfume de tu cuerpo impregnado en el mío, eso me hizo pensar que es casi imperceptible el momento en que somos engañados… ¿Es algo cruel no lo crees?
En ese instante permanecí en silencio sin saber exactamente lo que quería decir, pero muy dentro de mí sabía que se sentía culpable por engañar a su esposo de la forma en que lo hizo.
Pienso en la cantidad de veces en que él me hubiese engañado y me imagino esperando su llegada como una completa idiota tal como él lo hizo, no me parece justo sentirme tan culpable después de todo quizás el también lo ha hecho. Lo más lamentable es que te vi salirte de clase y se repitió ese momento en mi mente lo que me hizo sentir que estaba engañando a mi marido otra vez. Sería una pena que mi familia se desquebrajara por culpa de una ventura así que no te puedo perdonar por haber sido el detonante de aquel cruel engaño, sé que pude negarme en cualquier momento pero parecía como si no tuviera otra opción, el deseo embargo todos mis sentidos. Explico la directora mientras unas cuantas lágrimas corrían por sus mejillas levemente ruborizadas.
Lo siento mucho… ha sido culpa mía. Hay cosas que no se pueden explicar pero dentro de esas cosas inexplicables siempre hay una causa y efecto, en este caso yo fui la causa y usted está viviendo los efectos debido a mi inconciencia.
Señor Jericó admito que algo mágico nos impulsó a hacer aquella locura pero usted no es dios para influir en las acciones de las personas. Tan solo fue una de esas locuras que se nos escapan de las manos como seres humanos.
Entiendo. Pero sabe una cosa en ese instante la desee más que nada en el mundo, su esposo es muy afortunado.
Gracias señor Jericó, es muy bueno oír eso de su parte. Pero no olvide que nunca le perdonare lo ocurrido aunque fuese culpa de todos involucrados.
Lego de aquella dramática escena la directora se marchó del lugar y yo quedé pensando en lo ocurrido hasta que el atardecer murió despacio y las sombras se apoderaban del lugar. De camino a casa me topé con mi profesora de inglés Lumina, la cual, se le ruborizaron las mejillas al verme. Ella estaba tan hermosa como siempre, su cabellera dorada, sus ojos claros, su piel blanquísima y esa aurora boreal que se coloreaba en su entorno al observarla con detenimiento eran las pocas cosas por la que me sentía tan atraído y al mismo tiempo tan nervioso hasta el punto que mi lengua se trababa.
Hola Jericó. Dijo la profesora de inglés.
Hola señorita Lumina. Respondí con mi corazón vibrando de emoción.
Lamento lo que ocurrió el otro día no era mi intención enviarlo a la enfermería.
No se disculpe, ese ha sido el mejor momento de mi vida.
No sea tan exagerado. Sin embargo, creo que ambos teníamos una fantasía en particular, yo fantaseaba con desvirgar a alguien y tú con acostarte con una mujer como yo. Contesto mi profesora de inglés.
Eso suena extraño. Comente muy apenado.
Le prometo que no volverá a suceder.
¿Porque? ¿Acaso fue porque me desmalle?
Es mejor que las fantasías se queden en la imaginación para evitar una locura. ¿No lo crees?
Para mí no ha sido una locura.
Pues para mi si, tú eres un estudiante y yo soy tu profesora.
Pero…pero yo…
No diga nada más.
Después de eso la señorita tomo otro rumbo y se marchó sin decir más. Por alguna razón aunque como el nuevo dios de la lujuria tenía el poder de hacer que todas mis fantasías se hicieran realidad no quería afectar el libre albedrío de mi hermosa profesora de inglés porque si ella no lo deseaba no sería lo mismo. Era extraño me sentía como un iluso con el corazón quebrantado, la frialdad de aquella mujer me hizo saber que ella no era para mí aunque fuese la mujer de mis sueños. En el momento que mi profesora de inglés se marchó el nudo en la garganta y el nerviosismo que solía tener cuando la veía se fue con ella.
La penumbra se apodero de la ciudad y el frio se hizo presente, mire hacia el firmamento oscuro y sentí como mi corazón acongojado dejo de latir lentamente, luego, conocí a un ángel solo que este ser angelical no tenía alas ni rostro y solo era una esfera luminosa que me guio hasta un lugar en especial, era un lugar lleno de luciérnagas ubicado muy cerca del parque. Allí se encontraba una hermosa ninfa bailando bajo la luz de la luna, la desnudes de su cuerpo escultural era impactante, su rostro fino pintado por esa tés morena estaba lleno de alegría, sus orejas en punta eran encantadoras e exóticas, se podía apreciar la belleza en su persona. Cada paso de su espectacular baile estaban perfectamente sincronizados como si hubiese ensayado tal coreografía durante mucho tiempo. Me acerque lentamente hacia la ninfa y esta se percató de mi presencia y dejo de bailar.
Tú debes ser Jericó el niño que se convirtió en dios.
¿Qué cosa eres?
Soy una servidora del señor que lo antecede y debo decir que estoy realmente decepcionada de su elección.
No eres la única que piensa eso.
Eres tan patético…
Pensé que aquella luz era un ángel pero veo que solo se trataba de otro ser oscuro por guiarme hasta aquí.
¿Acaso no te parezco hermosa y apetecible?
No sé qué decir sobre eso.
¿Porque no utilizas tu poder divino sobre mí y me posees?
Creo que soy un poco más cociente de las consecuencias de mis deseos así que pensare en ello antes utilizar mi poder divino.
Deja de pensar y diviértete un poco.
En ese instante la hermosa ninfa me quito la correa y desabrocho mi pantalón, luego, me recosté en la grama y ella se subió sobre mí y empezó a brincar como si estuviese saltando la cuerda. El sexo fue extraordinario, las luciérnagas danzando en el viento mientras desprendían una luz brillante que iluminaba el ambiente, la calidez de nuestros cuerpos al juntarse, los gemidos de la ninfa al disfrutar del momento, éramos dos desconocidos jugando a ser amantes.
La mañana siguiente desperté en la grama por el canto de un colibrí y estaba completamente solo, la ninfa se había sin dejar rastro de su belleza, lo más extraño es que se había llevado toda mi ropa y me había dejado desnudo en aquel lugar. Observe a todas partes en busca de mi ropa sin tener suerte.
¡DEMONIOS ESA DESGRACIADA SE LLEVO MI ROPA! Pensé mientras se dibujaba una asquerosa sonrisa de disgusto y alegría por lo que había pasado.
No había nada cerca con que cubrir mis partes nobles así que decidí correr a toda velocidad hasta mi casa con los ojos cerrados para evitar la vergüenza, tenía poderes divinos y reconocer el territorio en mi mente debía ser fácil, entonces corrí sin parar y la mayoría de la gente que me veía correr en el camino se reía y otras apartaban su mirada de vergüenza.
ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO…Pensaba mientras corría con los ojos semi-abiertos.
La chica demonio ciempiés pelirroja observaba lo que me estaba pasando desde otra dimensión, mientras sus ojos carmesí brillaban con cierto encanto y su mano derecha jugueteaba con su pelo. No se podría saber si aquella mirada llena de interés se debía a que estaba enamorada o era solo porque enserio quería saber cuál era el sabor de la carne de un dios.
Interesante el pequeño dios del sexo está haciendo de la suyas. Se dijo así mis la chica ciempiés mientras me observaba con interés.

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