Concurso Semanal, "Creando Microrrelato Semana #31" || Cosas del llano

Algunos años atrás me sucedió algo muy curioso. Mientras caminaba por el llano con mis cuatro vacas, divisé por primera vez una lagunilla. Era época de sequía. Entonces, ¿de dónde había salido tanta agua?

Mi mamá me había dicho que sí algún día veía una lagunilla en sequía era porque me iba a salir un espanto. Me subí los pantalones, apreté las nalgas y recé tres Padrenuestros antes de seguir andando con mis vaquitas que… ya no estaban. ¡No!

De la nada, sentí una mano helada sobre mi hombro derecho. Temí por mi vida cuando escuché:

—Recuerda que eres mío.

Lo siguiente que supe fue que me levanté en casa. Al pie de la cama matrimonial estaba sentada Livia, mi esposa. Ella me veía con ceño fruncido y me dijo:

—Te vas a emborracharte a otro pueblo otra vez y despiertas en la calle, Pedrito.

Para completar, mis vacas me veían por la ventana como burlándose.

Si no fuera porque les agarré cariño, ya hubiese montado una carnicería y comprado una casa pa’ por siempre ser feliz sin mujer.

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