Es una propuesta teatral para "Proyecto Libre de Creación Actoral", una Unidad Curricular de mi carrera (Lic. En teatro, mención Actuación). Esta pieza de mi autoría cuenta con 7 mujeres con historias totalmente diferentes y cómicas, basado en los Pecados Capitales. Es un tema que en el cual hay muuuucha tela para cortar. Por eso yo quiero mostrarle mi punto de vista, en un monólogo teatral.

ENVIDIA.− Amo las cirugías (Sonríe). Tengo más cirugías que todas las Kardashiam juntas. Sin dejar atrás a Michael Jackson, obvio. Y no, no crean que ese deseo viene de ahorita. No, que va. Viene de atrás, de mi infancia. Yo tengo una hermana llamada… llamada… Ay, qué importa su nombre... Ya no importa. Bueno, de las únicas 2 hijas que tuvo mi mamá, ella fue la más hermosa. Yo era negra; ella blanca. Yo tenía el pelo malo; ella el cabello más liso y sedoso que todas las misses juntas. Yo era fea; ella era hija de Zeus y Eva, esculpida en mármol por Cupido... Eso era un completo infierno. Así, bien acentuado, IN FIER NO: éramos gemelas… ¿Y qué coño pasó conmigo? No sé, quizás me iban a abortar, pero como mala yerba nunca muere, nací, y toda feíta de paso. Porque como todo el mundo sabe, las gemelas son idénticas, dos gotas de agua, el espejo andante, la copia en HD... Solo que yo nací con pocos píxeles en la imagen (revisa la cartera). Esta es una foto de ella (muestra una foto de un lugar cualquiera, sin ninguna persona) ¿Ah? ¿Cómo que no la ven? Qué raro... Ella nunca sale en las fotos... Pero bueno, eso ya no importa. La primera vez que entramos al liceo, el que me gustaba se enamoró profundamente de ella, y yo caí en la depresión más terrible del mundo. ¿Por qué todos los que me gustaban se enamoraban de ella? Y para gran pesar… (A aparte) Que en realidad no sé cómo funciona el destino y la vida (regresa) a ella increíblemente no les gustaba ni uno. NI UNO. ¿Tú te imaginas cuánto peso ganaba mi depresión? Ni cargar un muerto encima pesaba más. No, pero espérate ahí. Cuando entramos a la Universidad, yo ya me había hecho (contando) cin… 8 cirugías plásticas. O sea, yo necesitaba reafirmar mi belleza y mi autoestima, que estaba como coletos en casa sucia: por el suelo. Mi envidia por la belleza de mi hermana era tanta, que al cirujano le comenté que quería parecerme más a ella, llevándole una foto. ¿Qué irónico, no? Cuando salí de la cirugía, sentía el rostro más liso, los pómulos más levantados, el mentón más reafirmado… Estaba por el correcto camino de parecerme aún más a mi hermana… a mi hermana… Ay, qué importa su nombre. Ya no importa... Lo que sí importa es que ella me hizo la vida de cuadritos. No uno, sino miles de cuadritos. Digamos que de miles de cirugías, para ser más específicos. Yo no podía estar a su lado, porque cada vez que siseaban, era para ella. ¿Y yo? Pintada a un lado con tempera vencida. Así que volví a hacerme otra cirugía, esta vez de abdomen porque los cauchitos de bicicletas, moto y camión de carga se me estaban asomando, y no, mi hermana no era así. En total me hice Vein... 39 cirugías de rostro… y 17 de cuerpo. Era solo el comienzo, ¿no? (Cuenta con los dedos) Liposucción, me quité varias costilla, me hice los senos, las pompis, me operé la papadas y sinfines de operaciones más… y seguía sin parecerme a ella (revisa su cartera y saca un retrato y una carta de amor) Este es Alfredo, mi Alfredito. El único novio que tuve... ¿Cómo? ¿No se ve? Qué raro... Bueno, ya no importa. Esta carta me la regaló Alfredito, es una carta de amor. Nunca llegué a presentarle a mi hermana, por miedo a perderlo. Sentía que si se lo presentaba, me dejaría y ahí sería mi fin (Mira la carta con nostalgia. Pausa corta). Me gustaba mucho. Esta carta me la dio el día que cumplimos un mes de novios... Me la dio cuando estábamos de noche en la cima de la ciudad. Las luces se veían chiquititas y hermosas. Me dijo que me quería como nunca y que pasase lo que pasase, nunca me iba a dejar. Le miré sus ojitos, esos ojitos en los que se reflejaban las luces de la ciudad, y se veía que me lo decía en serio… Eran realmente sinceros. Esa noche fue nuestro primer beso. Como nunca nadie me había besado, sólo sabía que debía cerrar los ojos y dejarme llevar (Se detiene bruscamente). En ese momento pensé que debía dejar esta adicción a las cirugías, porque si ya finalmente había conseguido a alguien que me quería. ¿Qué sentido tenía seguir? (Pausa. Saca de su cartera un cuchillo lleno de sangre) con este cuchillo maté a los dos. Una semana después Alfredito descubrió donde vivía, no le había dicho para que no se encontrase con mi hermana. Él quiso hacerme una sorpresa, llevándome unas flores y chocolates... Cuando llegó, yo no estaba, solo estaba mi hermana. La mayorías de los hombres dicen que verla, es amor a primera vista. Y no hay quien pueda resistirse a ella… ¡Uy!, es que hasta después de muerta me hace pasar arrechera… Cuando llegué de compras, los vi a los dos como animales en la cama.... No sé cómo hice para conseguir un cuchillo, pero lo que recuerdo es estar llorando en la orilla de la cama, y sus cuerpos ensangrentados a un lado (Pausa corta). Al día siguiente me sometí a varias operaciones de belleza (revisa su cartera y saca una inyección), si una sola inyección de botox no era suficiente para atraer a un hombre por siempre, 20 debían serlo… Pagué a un doctor pirata, porque los demás me decían que era muy peligroso (apunta al público como si fuera una pistola). No me inmuté cuando les dije que aceptaba sobre cualquier cosa, ni parpadeé al decir Sí... Si en algún momento lo hice fue por el botox, ¿okey? (Dispara el líquido de la inyectadora al público. Ríe toda desfigurada. Mete todo dentro de su cartera). Ya hace varias horas que morí… Mi cuerpo está en la morgue. Mi mamá ya debe venir en camino… Me reconocerá por la etiqueta, porque las miles de operaciones me terminaron desfigurando… y destruyendo… (Se pone su cartera, lista para irse). Envidia. Eso es lo que es mi vida... Toda una catastrófica envidia...