Esta semana se realizó la fiesta de despedida de fin de año del club de los abuelos, se hizo en el salón Guaicaipuro del Incret en Caracas, un salón bastante cómodo aireado, baños limpios y sobre todo con papel toilet, desde que empezó la escases de papel en muy pocos lugares públicos ahora lo colocan. Había un equipo con buen sonido, la atención de los meseros fue muy buena.

Como les he mencionado en otras publicaciones, tenemos un grupo de bailoterapia, yoga terapéutica, yoga de la risa, sanando con mis manos, tejidos, cocina y muchos talleres más. Del grupo de canto solo asistimos los tres que estamos en esta mesa y el profesor que nos acompañó.

Aquí aproveché que la Lic. Gladys Ocanto de 83 años de edad, fundadora del club se dio un paseo por todas las mesas y por supuesto no quise dejar pasar el momento de fotografiarme con ella.

A medida que iba pasando el tiempo llegaban más personas, varias amigas de otros grupos que asistieron solas a la fiesta, pidieron permiso para sentarse en la mesa y como había varias sillas desocupadas, con gusto le cedimos los puestos. Al fin llegó el momento más esperado el plato navideño. Les comento que es la primera hallaca que me como en este año, estaba de lo más deliciosa, acompañada con la ensalada de gallina, un pernil bastante suave y jugoso, pan de jamón y una copa de vino tinto.

Ya con la barriguita llena, me acerqué a la pista de baile para observar a los compañeros a pesar que son de la tercera edad, no desperdician un momento para disfrutar de la vida. levanté los brazos para la foto en señal de alegría.

Estaba bailando con mis compañeras que son de mi tamaño, como soy de estatura pequeña, cuando las personas son más altas que yo me siento más enana, así que baile tambor con el profesor de música es más alto que yo, pero es un baile que no necesita agarrarse, hay no se mide el tamaño jejejeje.