🗿🌌 “CRONOLOGÍA DE LA HUMANIDAD DESDE LA CREACIÓN HASTA EL APOCALIPSIS”🌌🗿 - (I parte)

in #castellano7 years ago (edited)

UN ALMA LIBRE - VIERNES, 26 DE ENERO DE 2018

Apreciables lectores, aquí compartimos un cronograma básico de los acontecimientos más significativos de la historia humana desde el punto de vista enkista. Un buen entendimiento cronológico de nuestro pasado es primordial para comprender bien la naturaleza de la gran lucha cósmica y la situación metafísica de nuestro mundo. Esta nota la recomendamos a todos los que quieran entender la cosmovisión enkista de una vez y para siempre.

Primeras ciudades construidas por los Anunna en un muy difícil clima en KI...

LA ERA PRIMORDIAL.

La gran epopeya de nuestra raza medio divina, la Humanidad de la Tierra, empieza con la llegada de los Anunnaki, una civilización extraterrestre de poderosos seres divinos que más tarde se darían a conocer como los grandes Dioses, Titanes y Elohim de las varias culturas politeístas de la antigüedad, hace unos 400,000 años terrestres. En aquel tiempo primigenio el hombre inteligente aún no existía y el reino animal era dominado por un homínido primitivo terrestre, el Homo Erectus, que había seguido una trayectoria evolutiva muy lenta y estable con muy pocos cambios anatómicos en nuestro planeta durante un par de millones de años. La Tierra era todavía un mundo joven y virginal que aún no había conocido la civilización.

En algunos de los textos sumerios antiguos que relatan la creación del hombre y el establecimiento de la civilización en la Tierra por parte de los Dioses, se describe una época primordial y pre-civilizada en la cual vive en la estepa y en medio de las bestias una especie de hombre primitivo que 'no sabe comer pan ni vestirse con ropa, anda por la tierra medio desnudo, come como las ovejas y bebe agua de las zanjas' (El Debate de Ovejas y Trigo 20-25). Esta criatura salvaje que vive más como un animal que como un hombre civilizado es idéntica al Homo Erectus terrestre y fue encontrada en las zonas pantanosas de la Tierra por los visitantes divinos en el tiempo de su llegada. Este homínido pre-humano había surgido de la familia de los simios y aún poseía 24 pares de cromosomas en su estructura genética como todos los demás géneros de simios y homínidos que lo habían precedido.

Los registros mesopotámicos como el Génesis de Eridú sumerio y el Poema de Atrahasis acadio, todos más antiguos que el Génesis de la Biblia Hebrea por milenios, relatan que los Anunnaki llegaron a la Tierra, repartieron entre sí las varias regiones y empezaron a fundar ciudades y santuarios. En aquel entonces Anu era el soberano del cielo, Enlil era el señor del espacio aéreo y Enki era el dueño de las zonas ácueas. Los Anunnaki eran un conjunto de deidades de un linaje celestial y los textos antiguos dejan claro que ellos tienen un origen ultraterrenal. Los grandes Dioses de la antigüedad habían venido de los 'cielos' o del espacio exterior más allá de nuestro planeta. Ellos eran viajeros extraterrestres humanoides sumamente avanzados que habían seguido una trayectoria evolutiva muy antigua en un planeta lejano pero parecido al nuestro y alcanzaron la fase de Homo Divinus. Los Anunnaki se habían convertido en seres divinos a través de su evolución espiritual.

"ANUNNAKI"

Acompañando a los Anunnaki estaban los Igigi, dioses menores que habían venido a la Tierra junto con sus reyes y sus soberanos y trabajaban para ellos en la construcción, la agricultura y las obras de minería. Según los textos mesopotámicos como el Relato de Enki y Ninmah y el Poema de Atrahasis entre otros, estas deidades trabajadoras se cansaron de sus tareas agotadoras y decidieron amotinarse protestando por las cargas que sus superiores les habían puesto. En aquel tiempo de rebelión, los Igigi abandonaron sus labores, quemaron sus herramientas y hasta rodearon la morada terrenal del soberano Enlil en su ciudad sagrada de Nippur. La civilización de los Dioses estaba en peligro debido a la agitación de los Igigi y por lo tanto el Concilio de los Anunnaki, presidido por Anu (Yahvé), decidió convocar una asamblea divina para buscar una solución a los problemas políticos que se habían armado en la Tierra.

"IGIGI" . Dioses menores.

Según todos los registros más antiguos desde los sumerios hasta los babilonios, fue Enki (Ea), el hijo primogénito del dios celestial Anu (Yahvé) y una deidad de la sabiduría divina simbolizada por la Serpiente, el que propuso la creación del Hombre en la Asamblea de los Dioses con el fin de que él reemplazara a los dioses menores en sus tareas. Tras la autorización del Concilio de los Anunnaki, Enki se encargó de la creación de nuestra raza. Junto con su hermanastra la experta Ninmah, Enki formó a los primeros humanos de la arcilla del Abzu, su morada ácuea y el misterioso lugar de la creación; les añadió la sangre divina, les insufló un alma de los dioses y los colocaron en las matrices de las Diosas Parturientas que luego alumbrarían a siete machos y a siete hembras. Este relato antiquísimo de origen sumerio es una referencia antigua a la ingeniería genética extraterrestre por parte de Enki y a la inseminación artificial. El Homo Sapiens fue creado a base del Homo Erectus primitivo, su material genético (la arcilla) fue mezclado con el ADN divino (la sangre de los Dioses) en la residencia del dios genetista Enki, le fueron otorgadas la consciencia y la inteligencia de sus creadores divinos y el producto de esta manipulación genética fue inseminado en las matrices de las madres de esa especie divina que había venido a la Tierra. El nuevo Homo Sapiens cuya cantidad de pares cromosómicos había sido reducida de 24 a 23 de modo artificial experimentó un salto cuántico en su evolución casi de la noche a la mañana y ya era mucho más como los Dioses. Actualmente en la ciencia genética se piensa que el desarrollo repentino de la inteligencia en los homínidos avanzados como Homo Sapiens, Homo Neanderthalensis y el hombre Cro-Mañón (cromagnon)se debe a la misteriosa fusión telómero-telómero ancestral del segundo cromosoma, lo cual redujo nuestros pares de cromosomas de 24 a 23 (Ijdo, 1991i). Somos el producto de la ingeniería genética divina de nuestro creador Enki.

Tras su creación, el Hombre les reemplazó a los Igigi en la agricultura, en las obras de construcción y en los proyectos de minería y el experimento fue un gran éxito. El Relato de Enki y Ninmah, uno de los textos sumerios que subyacen el Poema de Atrahasis, explica que el Hombre fue creado para reemplazar a los dioses menores que trabajaban en la tierra de Harali (Enki y Ninmah 10). En la cultura mesopotámica, la región de Harali, conocida también como Arallu, era considerada una tierra aurífera donde los minerales valiosos abundaban (Ebeling y Meissner, 1997ii; Reiter, 1997iii). Por lo tanto, aquí podemos saber que la Creación del Hombre tuvo mucho que ver con la extracción de oro, para convertirlo en Oro Monoatómico u ORMUS metal que necesitaban para cubrir varios aspectos de su civilización. Milenios después, en el Génesis bíblico, en realidad una refundición posterior y un plagio tergiversado de la literatura sumeria original, encontramos una referencia sutil al mismo motivo. En el segundo capítulo de Génesis, justo después de la creación de Adán, el narrador bíblico se sale por la tangente y empieza a explicar de manera muy breve que las tierras del Edén están llenas de oro y otros minerales valiosos y que el oro de allí es de muy buena calidad (Génesis 2:11-12). Ahora sabemos que el Edén bíblico en el este es idéntico al Edín mesopotámico mencionado en los textos sumerios. En fin, los registros antiguos, tanto los sumerios como la Biblia hebrea, implican que el Hombre fue creado para que se encargara de las tareas de sus creadores y trabajara en la minería de oro. De esta manera aunque suene a sometimiento en realidad se le enseño a trabajar, a enfocarse, a explorar, a desarrollar iniciativas, a liderar, a servir, a compartir diversos estudios y convivencias y por supuesto a auto-conocerse y expandir su mente y corazón.

"Creados y Creadores"

A diferencia de la interpretación eclesiástica tradicional de la creación, las versiones mesopotámicas de la creación como el Poema de Atrahasis hacen alusión a un proceso creativo de varias fases distintas (Kvanvig, 2011iv). Es decir, el Hombre no fue creado de la nada en una sola vez como afirma el creacionismo bíblico, sino que su evolución fue dirigida por sus creadores divinos en varios pasos y varios modelos humanos actualizados fueron formados por Enki y sus Asistentes Genetistas a lo largo de la era primordial de la Humanidad. Primero vino el lullu, un hombre trabajador primitivo que era demasiado primitivo para sus tareas; y luego apareció el hombre híbrido, una mezcla de 'deidad y hombre' (ilumma u awilum) que ya tiene el temu o 'raciocinio de los seres divinos' (Kvanvig, 2011v). Por último, la evolución dirigida del Hombre (Homo Sapiens) culmina con el modelo Adapa, el Homo Sapiens Sapiens, la especie humana más avanzada, engendrada por el mismo Enki de modo directo. Según la Leyenda de Adapa, un texto sumerio muy antiguo y precursor del relato bíblico de Adán (Ziolkowski, 2000vi), Adapa era un hijo humano de Enki y fue criado en el santuario de Eridú, la morada terrenal de Enki, como un modelo para los hombres y un maestro de la civilización divina. Él era el primero de los siete sabios antediluvianos y se convirtió en el depositario de la ciencia del cielo. En fin, Adapa (Adán) era un semidios de la semilla de Enki y de la matriz de una hembra terrestre y el padre ancestral de toda la Humanidad actual.

En aquel tiempo la Humanidad aún permanecía bajo el control de los Anunnaki y los hombres trabajaban para sus amos divinos en sus asentamientos terrenales. La civilización de los Dioses en la Tierra era como una pequeña colonia en la lejanía y muchos de los seres divinos, el Rey del panteón Anu (Yahvé) incluido, sólo venían de visita de vez en cuando y luego volvían a su estrella de origen en el cielo desconocido. El mundo humano era regido por un pequeño grupo de soberanos divinos que se habían quedado en Terrea de modo casi permanente y el Hombre abastecía los santuarios terrenales de los Dioses de todas sus necesidades. Sin embargo, todo eso cambiaría cuando el gran genetista creador benévolo Enki le entregó al Hombre la ciencia del cielo.

"PROMETEO Y EL FUEGO DE LOS DIOSES"

Los textos sumerios describen a Enki, el verdadero padre de la raza humana, como el Ushumgal o 'Gran Serpiente' por su gran sabiduría divina y su inmenso conocimiento oculto y relatan que él era el Señor del Santuario de Eridú, un bosque fructífero y jardín paradisíaco en la tierra interfluvial de Edín en el este; y el dueño del Árbol de los Me, las ciencias celestiales, que él mismo había sacado del Abzu y plantado en medio de su paraíso terrenal. La historia de Adapa, un relato de la iluminación del primer hombre civilizado por completo, explica que Enki le educó a Adapa en ese mismo Eridú, el santuario de los Dioses, y allí le reveló el Designio del Cielo y de la Tierra en contra de la voluntad del dios del cielo Anu, que se quejó de que Enki le había revelado a 'un humano indigno y despreciable' el conocimiento celestial (Kramer y Maier, 1989vii). Por consiguiente, Adapa consiguió la Ciencia de los Dioses y el conocimiento de la civilización divina, pero luego le fue denegado el Agua y el Pan de la Vida por el enfurecido Anu, echado de la morada de los Dioses y devuelto a la Tierra sin conocer el Secreto de la Inmortalidad. Además, Adapa fue maldecido por el rencoroso Anu y trajo consigo sufrimiento y enfermedades como resultado. ¿Les suena algo familiar este relato?

Vemos el mismo motivo en el Génesis bíblico, un pobre plagio posterior y una refundición tergiversada del relato sumerio original como ya lo mencionamos. En la versión bíblica, la Serpiente sabia (Enki) del Huerto del Edén en la región de los cuatro ríos (Mesopotamia) se rebela contra la política oscurantista de Yahvé (Anu), le otorga a Adán (Adapa) el fruto del Árbol del Conocimiento (los Me, el Designio del Cielo y de la Tierra) y le abre los ojos haciéndolo como uno de los Elohim (Génesis 3:22). Luego Yahvé, enfurecido por lo sucedido, lo expulsa del Paraíso de los Dioses, le impone una serie de maldiciones que aumentan sus adversidades en la Tierra y les ordena a sus querubines que impidan su acceso al Árbol de la Vida para que no pueda comer del fruto de la inmortalidad (Génesis 3:15-19; 3:24). Aunque la versión tergiversada de la Biblia tuerza la verdad y busque calumniar a la Serpiente, símbolo de Enki, como el malo, en realidad la Serpiente Enkista iluminó a su progenie humana y la salvó del oscurantismo y de la esclavitud del tirano cósmico Anu-Yahvé, un sádico abusador de la Humanidad desde el principio. La verdad es que el mismo mito aparece en varias tradiciones pre-bíblicas en sus varias formas y cabe decir que el personaje rebelde e iluminador siempre es una entidad benévola y un gran amigo de la Humanidad. En la mitología griega, el titán benévolo Prometeo (Enki) se rebela contra los titanes malévolos encabezados por el tiránico dios del cielo (Anu) y le entrega al Hombre, su propia creación, el Fuego de los Dioses (La Ciencia Celestial).

En fin, Enki le otorgó a Adapa el conocimiento de la civilización del cielo y también los misterios espirituales divinos que hacen poderoso al Hombre como la ciencia yóguica de la Kundalini, la Serpiente Sagrada que conduce al Hombre a su propio endiosamiento. El Hombre, ya despierto a la Verdad y como uno de los Dioses, ya no podría ser un simple esclavo y gracias a su iluminación por parte de Enki se volvió incontrolable. Por lo tanto, la Humanidad consiguió su autonomía en su propio planeta y Anu-Yahvé y sus secuaces perdieron su 'raza esclava'. La era de la monarquía absoluta de los Dioses sobre la Tierra llegó a su fin y se inauguró la Era de la Civilización Humana Autónoma.

"CIUDADES ANUNNA EN KI"

La cronología de la era primordial la hemos colocado entre 400,000 y más. Incluso los arqueólogos han llegado a esta datación con sus excavaciones arqueológicas en el Medio Oriente y se ha descubierto un registro del orden y de la duración de los reinados de los reyes de la región conocido como la "Lista Real Sumeria". Por lo tanto, justo como los teólogos y eruditos bíblicos buscaban calcular la edad de la creación a través de las cronologías de los patriarcas antediluvianos de Génesis, en esta nota determinamos el tiempo en el cual vivió el primer monarca terrestre Alulim, el primer Rey de Eridú y un contemporáneo de Adapa, mediante la cronología de los reinados de los reyes antediluvianos. A diferencia de las cronologías europeas como la grecorromana y también la bíblica de los Hebreos que afirman que la creación tiene una antigüedad de sólo unos pocos milenios, las cronologías mesopotámicas más antiguas mantienen que la historia de la Humanidad civilizada se remonta a hasta cientos de miles de años e incluyen períodos míticos en los cuales reinaban semidioses sumamente longevos. Ahora la biología actual nos explica que los primeros humanos del género Sapiens aparecieron en nuestro planeta hace no miles sino cientos de miles de años...

Espera la II parte de esta Cronología de la Creación de la Humanidad. Abre tu mente y reflexiona.
DESPIERTA!!

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Hola, soy @gersonvasquez

Saludos.

El primer hombre en el planeta tierra, al cual llaman por nombre Adán, se creó en el año 4026 a.E.C. es decir; antes de nuestra Era Común.

Si sumas 2018, que es el año en el que estamos, más 4026 de la Era anterior, eso te da como resultado un poco más de 6000 años, y ese es el tiempo que tiene toda la humanidad, generación tras generación, en el planeta tierra.

Para que la ciencia tome algo como un hecho real, debe ser comprobable.

Hasta ahora ningún científico ha podido comprobar que la humanidad tenga millones de años en la tierra, ni que el hombre haya evolucionado a partir de otra especie, por lo tanto no son un hecho.