Cada persona que se estima cristiana o seguidora de Jesús por naturaleza procura vivir en santidad y cambiar su historia en un cúmulo de buena suerte. Es natural que cada quien califique como buenas las obras que hace todos los días.

No obstante la Biblia plantea que la obra de cada cristiano va a ser probado como oro fino, o sea va a ser pasada por fuego. Si la obra es buena resistirá el fuego. El apóstol pabló la compara con el oro, pero si la obra no es de mucha calidad es comparada con hojas secas o madera y al ser pasada por la candela aquellas obras van a ser convertidas en cenizas y aquel cristiano sufrirá gigantes perdidas y quedará avergonzado anteriormente su Autor.

Se necesita que cada Cristiano se encuentre repasando permanentemente qué está realizando todos los días. El apóstol pabló aconseja que procuremos con diligencia presentarnos frente a Dios aprobado como un obrero que no tiene nada de lo que pueda avergonzarse.

Jesucristo dijo. He aquí yo vengo rápido y traigo galardones conmigo para recompensar a cada uno según haya sido su obra.