Micro cuento - Quién regresa?

in #spanish7 years ago

La valiente tortuga Isabel, salió por la orilla de aquella playa. La luz de la luna iluminaba la inmaculada arena. Isabel miró hacia todos los lados y vio que no había nadie alrededor. Empezó a caminar a toda velocidad iba con lágrimas en los ojos, lo que ella estaba haciendo no la podía hacer nadie con placer.

Iba a poner los huevitos que surgieron de su amor con Ramón, ella quería a todos sus huevitos, allí dentro estaban sus hijos, pero Isabel, la valiente, sabía que no todos iban a vivir. Llegó al sitio indicado, allí los iba a poner.

La luna estaba en su máximo esplendor, era luna llena, parecía un gran bombillo o más bien un gran farol, al fondo una suave brisa movía las hojas de las palmeras y el sonido de las olas golpeando a la orilla creaban un ambiente de maravilla.

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Pasaron algunos minutos, digamos que algunas horas. Isabel ya había terminado, puso 5 huevitos. Para ella todos eran perfectos. Los beso una y otra vez, era la hora de despedirse, aunque estaba negada de hacerlo. Pero la madre naturaleza así se lo imponía.

Antes de irse le dio nombre a cada uno. Alex, Yoan, Eli, Michelle y al último le puso Luna, en honor al majestuoso satélite que alumbró la noche de su parto. Todo fue repentino, así como empezó llegó a su fin. Isabel se metió nuevamente al mar sabiendo que quizás nunca conocería a sus hijos.

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La luna se iba a costar, ya le tocaba cubrir su puesto al poderoso sol. Las cascaras de los 5 huevitos se empezaron a romper. Uno a uno los hijos de Isabel y Ramón iban conociendo el mundo. De la misma forma como nacían empezaban una carrera entre la vida y la muerte. La distancia al mar se veía tan lejana que hizo desesperar a las tortuguitas y cometieron muchos errores.

En primer lugar no esperaron a que nacieran todos los hermanitos, uno de los huevos no se había roto. Las otras 4 tortugas empezaron a caminar. Primero cayó Yoan, las tenazas de un cangrejo hambriento le quitaron la vida. Luego Alex se fue en el pico de una gaviota. El último huevo se rompió y tomo un rumbo diferente al de sus hermanos. Un caimán salió de un matorral y se comió a Eli.

Michelle estaba por llegar a la playa. Ya sus patas delanteras tocaban el agua del mar. Pero luego ya no fue así, ahora se alejaba del piso, un hombre la tomó, la aparto del mar. Isabel no aguantaba la presión quería ver a sus hijos, los minutos se hacían interminables. Isabel perdió las esperanzas, se iba a retirar, pero a lo lejos sintió un aleteo. Era Luna, su último huevito. Ella sobrevivió. Fue la única que regresó. Isabel y Luna partieron a casa, dejando atrás los caparazones sin vida de sus hermanitos e hijos.

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¡Buenísimo! Me ha gustado mucho. Saludos

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Saludos.

que lindo cuento

Excelente. Yo también escribo por si quieres pasarte por mi blog y darme una opinión

Gracias. Claro que si, nos seguimos leyendo y comentando.
Saludos.

Jajajaja, que tierno este cuento. Me ha gustado mucho.