Hambre cero a pesar de COVID-19
La pandemia de SARS-CoV-2 ha producido cambios importantes a nivel mundial, algunos de los cuales son muy evidentes, así como también están a la vista los impactos sobre los ODS (Objetivos del Desarrollo Sostenible), sobre todo en lo económico, puesto que todos los países afectados han visto tambalear su economía debido al cierre de fronteras, paralización de los mercados, suspensión de actividades turísticas, etc., como resultado de las medidas establecidas con el fin de controlar la propagación del virus COVID-19, causante de la pandemia.
La también llamada pandemia 2020 sorprendió a todos y ha puesto de manifiesto la falta de avances de muchos países respecto a la consecución de los 17 ODS. Uno de los ODS cuyo retraso puede causar un significativo impacto a nivel global es el # 2: Hambre cero; no obstante, la emergencia del SARS-CoV-2 no justifica que el trabajo respecto a este objetivo se detenga.
Como efecto de la aparición del COVID-19 se ha señalado la interrupción de la producción y distribución de alimentos y, entre las propuestas para contrarrestarla se incluye el consumo de productos locales, expendio de estos en ferias y mercados comunitarios, entre otras, todas orientadas aparentemente al trabajo de pequeños y medianos productores, lo cual es insuficiente para avanzar, se requiere llevar la agricultura sostenible y la producción de alimento a los hogares.
Una familia puede reducir sus gastos consumiendo rubros cosechados en un pequeño espacio de terreno, incluso en una maceta. Así mismo, es posible criar aves de corral y obtener proteína animal, logrando reducir el gasto familiar, así como garantizar y mejorar la alimentación consumiendo productos orgánicos, sin pagar transporte ni costos de producción. Además, esto contribuye a mejorar la salud y el bienestar al reducir el consumo de aditivos químicos y se protege el ambiente mediante el cultivo de plantas y la disminución, aunque en pequeña medida, de la cría intensiva de animales, reducción de residuos y desechos sólidos, etc.
En fin, se debe poner en práctica la economía circular haciendo llegar la información a los hogares mediante el uso de las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación), esto siempre y cuando los hogares cuenten con los recursos informáticos, digitales y físicos necesarios. Así se favorecerá el desarrollo de capacidades técnicas de cada miembro del hogar con el apoyo de profesionales a cargo de los medios instruccionales, llevando conocimientos que se convertirán en mejoras para la economía familiar, reducción del hambre y la pobreza, mejora de la salud, apropiación de conocimientos, preparación para el campo laboral, reducción de las desigualdades, entre otros beneficios.
La pandemia del SARS-CoV-2 es una posibilidad dorada para probar la voluntad política de los gobernantes para incentivar a las poblaciones a derribar los obstáculos que las alejan de alcanzar el desarrollo sostenible.
Cleomary Oliveros
Texto preparado para responder al reto del módulo IV del curso virtual ODS e Implicaciones Pandémicas: el COVID-19, de la fundación Vitalis