Nuestra científica empezó a trabajar en el laboratorio de Watson, aun siendo estudiante, un día, sin esperarlo Crick entró al pequeño laboratorio donde ella trabajaba y le puso sus manos en el pecho, en el busto y le preguntó en qué estaba trabajando, ella se quedó sin habla y sin saber que hacer así que hacer. En esa época no se hablaba de acoso sexual, así que eso ni siquiera se le pasó por la cabeza, de modo que solo se apartó y le mostró a Crick lo que estaba haciendo (sus ensayos), no quería hacer un escándalo y avergonzar a Crick, ni a Watson.

Ella siguió estudiando, se graduó y con el pasar del tiempo dio clases como profesor junior en una universidad estadounidense, allí los estudiantes de postdoctorado la veían, según comenta, como una especie de técnico, tomaban el material de trabajo que ella preparaba para sus experimentos, etc. Ella nunca dijo nada para no convertirse en la mujer fastidiosa y odiosa con la que nadie quería trabajar. Así se calló otros abusos.

En 1999 inició su maestría y tuvo la oportunidad de trabajar con un investigador altamente reconocido, podía ir a estudiar la historia glacial de una parte de la Antártida Oriental, lo cual le parecía un sueño hecho realidad, pero el sueño se volvió pesadilla pues cuando ya estuvieron en la en la Antártida ese investigador hizo cosas terribles como llamarla “zorra” y luego le dio nombres aún más degradantes. Además, le lanzaba piedras cuando “iba al baño”, en medio de un lugar en el que estaba con tres hombres y donde no hay árboles o piedras detrás de las cuales esconderse para hacer sus necesidades.

Esta científica sufrió otros abusos de parte de este hombre y que ella relata en el documental, los invito a verlo.

La figura anterior muestra la proporción de hombres blancos, mujeres blancas y mujeres de color con Doctorados en campos STEM en los estados unidos en 2016.

En 1994, cansada de sufrir tanta discriminación, la científico 1 escribió una carta al presidente de la institución donde trabajaba, y también a otra científica de la misma institución, esta mujer alguna vez había pensado en todo lo que decía la carta y decidió apoyarla. Así hablaron con otras mujeres de las ciencias, apenas 15, y encontraron más apoyo. Para ese momento la Escuela de Ciencias de el instituto tenía 197 hombres en ciencias y solo 15 mujeres.

En 2018, la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina (STEM) liberó un reporte de acoso sexual en los campos STEM (STEM es el acrónimo de los términos en inglés Science (ciencia), Technology (tecnología), Engineering (ingeniería) and Mathematics (matemáticas)) (Tomado de Google).

De acuerdo con ese reporte las estimaciones de acoso sexual hacia las mujeres en el campo de la ciencia es de un 50%.

Sin embargo, los datos indican que lo que menos se presenta son las formas de acoso asociadas con atención sexual no deseada o coacción, la mayor parte del tiempo lo que se presenta son descalificaciones, exclusiones intencionales, entre otras formas que hacen que una mujer se sienta que está fuera de lugar, que se encuentra en uno al que no pertenece.

A raíz de todo el movimiento que generaron estas científicas, otras se activaron y realizaron un estudio con el fin de determinar si todo esto era real, si tenía una base científica, así que llevaron a cabo un ensayo sencillo pero que fue determinante, lo único que diré del ensayo es que comparaba un estudiante femenino y uno masculino, ambos con exactamente las mismas características y preparación. Los primeros resultados arrojaron que “siempre” fue mejor valorado el estudiante masculino, la mujer fue valorada como menos competente, menos probable que sea contratada como jefe de laboratorio y menos probable que sea asesorada por un miembro de la facultad.

Incluso, las respuestas indicaban que de ser contratados, el estudiante masculino recibiría una remuneración mayor, y esto por qué, solo por ser hombre porque como dice la científica que lideró ese ensayo: la única diferencia entre ellos es su género, se trata de un sesgo de género.

El documental presenta algunos otros resultados que bien vale que cada uno los mire. Ojalá nadie sufriera alguna vez en su vida alguna forma de sesgo, ni de género ni ninguna otra forma y si le sucede espero que sea capaz de salir adelante sin callarse el hecho.

Cuando yo estaba estudiando, me tocó acompañar varias veces a un estudiante de maestría (hombre) para colectar muestras, hoy día puedo decir que fui víctima de sus abusos en el sentido de que quería minimizarme, tal vez por ser mujer, por ser estudiante de pregrado mientras que él ya estaba en la maestría, o por alguna otra razón, no lo sé. Pero eso no duró mucho, un día me armé de valor y escribí una carta a la coordinadora del laboratorio, nos reunió y, aparentemente, todo quedó claro pero él no cambió su actitud y cierto día, delante de otra profesora me hizo una escenita y esta profesora lo puso en su lugar, él ya no podía decir que eran solo ideas mías.

Nunca he sido feminista activista y mucho menos radical, pero siempre he creído en la igualdad de género (bien entendida).

Mujer ámate, valórate, respétate sin que eso implique pisotear al género contrario. Hombres, para ustedes el mismo consejo.

Todas las imágenes son capturas de pantalla de mi PC mientras veía el documental.

#@lepapillonvzla