The Diary Game III 21/08/2021| Un mes de muchas bendiciones

Hola querido diario, por aquí estoy de nuevo. Siguen las bendiciones un mes cargado de grandes alegrías. Te voy a contar todos mis sentimientos y emociones con mi nieto Asier en este mes. Este niño tiene un mes y catorce días. Parece que tuviera toda la vida con nosotros. Querido diario no se si eres abuelo, pero te cuento que es lo mejor que me ha pasado...sin exagerar.

Muchos dicen que los abuelos son alcahuetas, no sé si habrá un estudio sobre cómo puede cambiar la personalidad de alguien cuando se convierte en abuela o abuelo. He escuchado algunas mujeres y hombres decir: “no me gustan los niños”, “los únicos niños que me gustan son mis sobrinos, pero ni loca tendría hijos”, pero la vida da muchas vueltas, contra la naturaleza no se puede ir, pero he sabido y he visto como le cambia la vida a esas mujeres y hombres que dicen que no le gustan los niños o que no quieren ser padres porque no son pacientes con los niños. Yo voy a contar todo lo que siento desde mi rol de abuela.

Cuando se tiene a un hijo en los brazos de uno, en nuestras manos, ver como esas pequeñitas criaturas dependen de nosotros, especialmente las que somos madres, dependen de nosotras desde que están en nuestro vientre, se alimentan de nosotros, se forman dentro de nosotras, son parte de nuestro cuerpo, de nuestra vida. Cuando nos toca con los nietos el tiempo es de nosotras, es algo que no puedo explicar, no estamos pendientes de lavar ni hacer más nada solo ver a nuestros nietos, no es igual con los hijos ya que teníamos que realizar oficios, atender a nuestros hijos esposo y en ocasiones salir a trabajar, a los nietos los disfrutamos bastante.

Cuando nacen y los tenemos en nuestros brazos, son tan vulnerables, tan indefensos, tan dependientes de nosotros. Conocen nuestros latidos, nuestro olor, nuestro calostro, nuestro calor de madre. Vivimos con ellos cada etapa de su desarrollo humano, hasta que crecen, vuelan alto, bien sea, porque deciden independizarse, mudarse solas, casarse o como estos momentos que estamos pasando los venezolanos, porque deciden irse para emigrar, probar nuevos rumbos, volar nuevos aires, experimentar nuevos retos y proyectos.

Aunque parecen ser muy independientes, parecieran ya no necesitar de nosotros, algunos hijos se sienten autosuficientes, que todo lo saben, tarde o temprano, saben que las únicas personas que lo amarán siempre son su familia, sobre todo nosotros sus padres, pero aunque vivamos en casas ya distintas después que crecen, llega el momento de unirnos un nuevo vínculo y nuevo título que recibimos, que no es necesario graduarse ni recibir un título académico y es el título honorable de: “ABUELA”

Cuando ya estamos adultos y vamos envejeciendo, el tiempo pasa a millón, cuando entre la monotonía diaria muchas veces la esperanza o el ánimo se nos va, ya el mejor tiempo, el que faltaba vivir en los años que nos quedan en nuestra adultez o en el caso de algunos: en la ancianidad, renacen fuerzas en nosotros, esa fuerza como la que sentía Popeye al comer espinaca, ese ánimo para poder ayudar a nuestros hijos con nuestros nietos. Mi hija vive con su hijo y esposo en otra urbanización, algo cerca, le digo que quiero ayudar aunque sea lavando la ropa del niño. Yo me la paso como si estuviera jugando a las muñecas.

¡Soy abuela! Soy la abuela feliz, me estoy recién estrenando, me siento la más afortunada, soy la abuela de un bebé hermoso, llamado Asier, uno de los mejores regalos que mi hija Johana pudo darme, un título que me fue concedido sin ir a la universidad.

Mis días cambiaron, no importa si tengo ahora más cosas que hacer, porque se me atrasa todo, por cuidar a mi nieto en el día que mi hija me lo presta. Este tiempo que estoy con él, me olvido de todo, es oro este tiempo, agradezco todos los días a Dios por eso. Le pido a Dios que me enseñe a ser una abuela excepcional para él, preparada, no solo para alcahuetearlo como dicen muchos, sino para ser modelo para él, no quiero ser su mamá, quiero ser su abuela, sigo siendo mamá de mis hijos, eso lo seré hasta que muera, pero esta nueva etapa de ser abuela quiero disfrutarla, no creerme más, sino solo su abuela.

Los abuelos somos ese gran apoyo para nuestros hijos. Para este tiempo es muy difícil para las madres quedarse en casa criando a los hijos, ya la mayoría les toca seguir saliendo a trabajar y qué mejor momento para estar aquí para nuestros
hijos, para apoyarlos.

Aquí estoy jugando a los muñecos con mi nieto.

Sufro de las rodillas, pero no me va a importar lanzarme al piso a jugar con mi nieto dentro de unos pocos meses, mis achaques desaparecen cuando estoy con él, mis problemas se dispersan por unas horas, ¡Asier cuánto te amo! Viniste a alegrarnos la vida, a devolvernos la alegría.

Tu ternura disipa la amargura y las molestias, pensé que estaba ya muy adulta para cuidar muchacho, pero para cuidar a mi nieto, sí. No sé si tenga vida para disfrutar otros nietos, pero este es mi presente y este tiempo que estoy viviendo es
único.

Los nietos tumba todas nuestras arrugas hechas por nuestras rebeldías de esta etapa de la adultez o vejez, pero nos llegan las rayas en la cara que deja marcada la sonrisa.

Eres ese gran amor, el que me enamora cada día.

Un abrazo querido diario. Todas las imágenes son de mi propiedad. Equipo utilizado mi celular Samsung J4. Contenido 100% original para nuestra plataforma Steemit. Mi firma y las imágenes fueron realizadas con aplicación Social Media Post.