Vivir a plenitud

Saludos mis estimados amigos. 

Qué bonito es vivir a plenitud. Disfrutar de todo lo que Dios nos depara y tiene destinado para nosotros.

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Vivir a plenitud no es vivir la “vida loca”, como dicen por ahí. Andar de parranda todos los días, tomar, bailar, andar de disco en disco, alcoholizándonos, y casi siempre, buscando problemas con los demás. Tampoco es tratar solo a gente exclusiva, de la “alta sociedad”, adinerados, esos que nos ofrecen una “amistad verdadera”, y luego terminan siendo los peores enemigos. Tampoco es fingir ser lo que no somos solo por parecer interesantes y agradar a otros, siendo así, terminaremos vacíos y sintiéndonos miserables. Puede que en el momento lo disfrutes, pero luego qué?

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Vivir a plenitud no es más que vivir el día a día, siendo agradecidos por todas las cosas buenas y malas que nos pasan. Disfrutar de las cosas “simples”, siendo honestos y sencillos, cultivar los valores que se nos han enseñado, ayudando al necesitado, valorando lo que tenemos y a quienes tenemos, cuidando nuestra manera de vivir, agradando a Dios y a nosotros mismos, a través de eso, los que nos rodean se sentirán agradados también. Vivir a plenitud es amar a tus seres queridos, compartir con tu familia y amigos, hacer que cada momento junto a ellos sea lo mejor de cada día, sea inolvidable, y quede en el recuerdo así pasen mil años. Vivir a plenitud es vivir según la voluntad de Dios.

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Así que, no te afanes, agradece a Dios por cada cosas que se te presenta. Estar vivos tener a Dios en nuestro corazón y tener lo necesario para cada día es suficiente para vivir una vida a plenitud.