La felicidad no tiene que ver con la alegría ni estar contento. La felicidad en las personas tiene más que ver con tomar decisiones y comprometerse a sí mismo a ser feliz; no importando las adversidades por las cuales haya pasado o esté viviendo.

La felicidad es sentirte satisfecho con uno mismo de haber alcanzado cada meta que te hayas propuesto alcanzar en tu vida. Pero la felicidad no se logra por tener bienes materiales como dinero, carro, casas o incluso una pareja, pero este no es felicidad solo te proporciona momentos de alegría y contentamiento.

La felicidad consiste en aceptarte a ti mismo tal y como eres con tus limitaciones y defectos.
La felicidad es no dejar entrar la insatisfacción en tu vida.
La felicidad es no anclarse en los momentos difíciles.
La felicidad es plantearse a tomar la decisión de ser feliz.
La felicidad es muy parecida a amar, es una decisión propia que a pesar de cualquier circunstancia usted continua amando así como usted toma la decisión de ser feliz en los momentos buenos también en los peores.

A mi especialmente me hace sentir feliz estar en paz, primero conmigo misma sin ningún remordimiento de conciencia. En segundo lugar con las demás personas evitando no hacerle daño de ninguna manera todo lo contrario en lo que pueda ayudarle, lo hago de corazón.

Antes les decía que la felicidad no radica en la posición de bienes materiales ni dinero, incluso en tener una hermosa familia y mucho menos en disfrutar de placeres.

A menudo vemos como muchas personas caen en vicios en busca de la felicidad y que para llenar en su vida ese vacío que sienten al no experimentar tal sentimiento en su plenitud.

En una ocasión visite a una hermana que tiene una hija que para entonces disfrutaba de tener un empleo que le dejaba grandes ganancias y ella decidió remodelarle la casa a su mama por completo, hizo un cuarto con yacusi, la cocina espectacular, todo el piso de porcelanato, compro unos muebles súper cómodos, entre muchas otras cosas mas.

Mi visita no era por mucho tiempo pues solo iba a pasar la noche para salir de viaje de retorno a mi casa bien temprano,
después que nos saludamos y mi hermana me mostró todo aquello que su hija le había comprado y hecho a su casa aprovechamos un momento para conversar de la familia y otros temas, Pero en medio de esa conversación mirando a mi hermana fijamente le hice esta pregunta: dime una sola cosa mi hermana ¿tú eres feliz? Mi hermana suspiro y guardo un minuto de silencio, tiempo que basto para que su rostro cambiara y con casi lágrimas en sus ojos me respondió ¡no!
Pero no pudo decir más nada porque fuimos interrumpidas por uno de sus hijos.

Luego de vivir esta experiencia puedo confirmar que no es lo que tengamos lo que nos garantiza el ser feliz. Es como nos sintamos y miremos la vida y decidamos disfrutarla a pesar de cualquier circunstancia buena o mala porque lo bueno nos llena de satisfacción y proporciona alegría pero lo malo por lo general nos deja una enseñanza de vida.

Gracias por leer mi publicación, Dios les bendiga.