La muerte siempre me hará reflexionar respecto a la vida.

Alrededor del mundo muchas son las culturas y creencias existentes, pero en la mía la muerte es sinónimo de fin

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Por lo que quienes comparten la misma cultura que la mía somos temerosos de ella. Pues nadie quiere dejar de existir, desaparecer, desvanecerse en simples recuerdos. Sin embargo siempre es la muerte la que nos estremece el piso y nos hace pisar más fuerte.

Ha pasado muchísimo (y no creo que solo a mi), que cuando muere alguien cercano o conocido es que se me viene a la mente la célebre frase:

"La vida es un ratico"

Y es cuando empiezo a hacer un “inventario” de mis acciones, empiezo a pensar que invertí mi tiempo, en ese buen amigo al que tengo años sin ver, en esa discusión con algún ser amado y hasta en ese chocolate que no me quise comer temprano para cuidar la figura.

Entro en consciencia de que hay cosas que no vale la pena. Pienso en las malas decisiones que me han hecho sentir que he estado perdiendo mi tiempo, y así un sinfín de cosas.

La vida se pasa en un abrir y cerrar de ojos, y aunque ya estoy en la etapa de ser consciente de eso no siempre tomo esto en cuenta. Actúo como si tuviera miles de años para hacer lo que quiero hacer, para materializar sueños, para salir con mis amigos, para demostrar cariño, y todas esas cosas que ustedes saben que no siempre hacemos cuando debemos.

Pero ya después de que pasa la cosa, vuelvo a mi vida, haciendo lo mismo de siempre, dándole importancia a lo que no debo y perdiendo el tiempo.

Si, así es la vida

Texto original: @marianaceleste