Ventanas al mundo kafkiano.
Hola queridos steemians, hoy les dejo este extracto de un ensayo sobre Franz Kafka y su obra, lo realicé hace algunas semanas atrás para la universidad.
Probablemente en la escuela a muchos –como a mí– les asignaron leer La Metamorfosis, uno de los relatos más conocidos de Kafka, no obstante muchos nos hemos limitado a sólo leer apenas esa mínima pieza que en realidad es parte del gran rompecabezas literario de Kafka. Además, en la escuela nos dijeron también que, Kafka era un escritor con un estilo hermético y oscuro, aún sigo sin entender porqué nos decían eso, no creo que la intención real estuviera concentrada en crearnos un miedo innecesario a lo que significa la obra de Kafka, quizás ni ellos mismos comprendían la magnitud de la obra kafkiana, sin embargo allí terminó: miedo a Kafka. Miedo sin razón porque ni hermético ni oscuro definen a este autor. Ahora, gracias a un gran profesor de la universidad en la que estudio actualmente, pude dejar ese temor atrás y entendí que el mundo kafkiano está en su totalidad impregnado de sutileza, sabiduría, fantasía, curiosidad y humanidad.
Kafka fue un hombre sencillo, apasionado y aferrado a su otra y pequeña vida, pero una vida que le llenaba realmente; la vida del escritor, sentado casi en penumbras con un poco de iluminación y solo él escribiendo.
Al leer a Kafka podemos sentirnos de dos maneras: inquietos o calmados. Podemos estar leyendo como un hombre despierta convertido en una especie de bicho y sentirnos calmados y este hecho es risible ¿Por qué? Porque Kafka transformó un hecho impactante en un asunto de mera cotidianidad y eso es simplemente asombroso. No creó ficción rebuscada donde todos los personajes se sorprendieran e intentaran actuar de manera heroica logrando un desenlace perfecto, alentador. Pues no. Otra característica de la obra kafkiana: la humanidad en ella, porque existe un destino inevitable para todos, la vida no es tan dulce como quisiéramos y Kafka no adornó sus relatos ni sus novelas con asuntos esperanzadores, lo cual tampoco nos ha causado disgusto a los lectores, sino todo lo contrario, ha alimentado nuestra curiosidad y en ocasiones la necesidad de continuar leyendo su obra. Lo humano es evidente y la fatalidad a la que recurrió el señor Kafka fue necesaria y especial. Un personaje que se convierte en bicho no es humano pero las reacciones que le prosiguen sí, y sus sentimientos y preocupaciones también.
Hay otra cosa sobre Kafka muy sublime: su estado de contemplación, de hecho así se llama su libro de relatos cortos, Contemplación (1912). De estos relatos escogí “La ventana a la calle” y con este descubrí que la vida está llena de diferentes mundos dentro de uno solo. Una ventana puede albergar tanto y Kafka dice lo siguiente:
“Aquel que vive solo, y que sin embargo desea de vez en cuando vincularse a algo; aquel que, considerando los cambios del día, del tiempo, del estado de sus negocios y demás, anhela de pronto ver un brazo al cual pudiese aferrarse, no está en condiciones de vivir mucho tiempo sin una ventana que dé a la calle.” (Kafka, p. 63, 1912)
Las ventanas pueden ser los lazos al otro lado donde la vida parece intacta a nuestros ojos, donde nosotros somos espectadores ante el cristal, esperando el encuentro pronto con lo que está después del vidrio.
Fotografía de Alan Fleischer, serie Kafka, 1989.
Kafka hace otra contemplación sobre las ventanas en el mismo libro, en el relato “Contemplación distraída en la ventana”, donde el personaje principal es una señorita que alguien está observando por la ventana y entonces el observador es testigo de una especie de atracción entre esa señorita y un hombre que pasó. Así el lector también se convierte en testigo de lo que ocurre afuera y no solo pasa con estos relatos cortos, sino con la mayoría de los cuentos de Kafka; somos testigos de muchas situaciones y eso nos permite reconocer mucho mejor la literatura que este escritor nos ofrece.
La contemplación debería ser casi un hábito para todos. De ella pueden surgir grandes experiencias personales o hallazgos de historias que guarda la memoria, de pronto con el impulso de ser contadas, escritas, plasmadas. Para mí es inevitable imaginar a Kafka en una ventana y sentir que su vida transcurría dentro de cuatro paredes, no obstante, haciendo registro de la naturaleza, de la gente, del leve bullicio, volviéndose a sí mismo el personaje principal de algún cuento que quizás alguien nunca leería o con suerte ya estamos leyendo. La contemplación es el recorrido de la memoria mientras la ciudad se cuela por la vista y alguien afuera se despide, y su mano parece un gesto sensato y suave.
Esto es solo una parte del ensayo...Espero que les guste, quizás posteo más luego y a les dejo el texto completo para que lo disfruten tanto como yo.
En la contemplación he encontrado belleza que a simple vista no se nota, he logrado mover mi percepción a escalones más receptivos y amplios en criterio, he apreciado con sensibilidad la esencia de cada cosa... Así que concuerdo con este escrito de Kafka, conociéndolo hoy y gracias a ti. Me ha encantado este post.. y esto: La contemplación debería ser casi un hábito para todos. De ella pueden surgir grandes experiencias personales o hallazgos Excelente. Saludos.
Exactamente... La contemplación es un ejercicio de sensibilidad. Gracias por tus lindas palabras, me pone muy feliz que ahora sepas más sobre Kafka. ♥
Maravilloso escrito.. Gracias por dar a conocer a este escritor, poco habia escuchado de el. Me ha encantado este post. Te sigo. Saludos.
Gracias a ti. Kafka es un gran escritor, espero que puedas leer más sobre él y te guste tanto como a mí.
Coincido completamente con la importancia de la contemplación en la obra de Kafka. Siempre he pensado que el personaje de K en "El Castillo" y en "El Proceso" reacciona ante lo que le sucede más como alguien que lo estuviera contemplando que como alguien a quien le está sucediendo.
¡Es verdaaaad! Excelente acotación... Me has dado en que pensar.