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Una imagen, un poema #88: Navidad pobre

Mientras que los dueños de la casa
intercambiaban regalos de las mejores tiendas,
los trabajadores, entre ellos,
se daban regalos de las sobras de la mesa.

Los señores brindaban con champagne
la llegada de un nuevo año,
y los trabajadores con agua y jugo
llenaban todos los vasos.

Mientras que en la mesa
finamente decorada
con manteles de mil hilos
repletas de manjares
de alimentos caros y divinos,
se escuchaba el silencio
de los padres y los niños.

En cambio en la mesa de madera
con un mantel de cuadros,
con una velita encendida
como único decorado,
se escuchaba la algarabía
por los cuatro costados:
risas y más risas, canciones de antaño,
aplausos de los presentes
y gritos de los muchachos.

Todo perfectamente decorado:
árbol, chimenea, regalos,
y los niños con sus hermosos trajes,
en el sofá sentados,
mirando sus celulares,
mientras permanecen callados.
Lejos de allí,
en otro lado,
un pedazo de torta
lo reparten entre cuatros,
cantan, ríen y hablan,
la gente pobre
que solo regala abrazos.

HASTA UNA PRÓXIMA OPORTUNIDAD, AMIGOS