No era por su belleza ni por su particular forma de hablar, era por lo que decía: "Las frutas, tal vez, sean capaces de aliviar todo", lo que podía dejar sorprendido a cualquiera. Pensar que una simple niña tuviera conocimientos de frutas, tubérculos, era para tomar en cuenta. La niña sabía de vitaminas, alimentos y más que debían tomar por si acaso alguna enfermedad.

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Desde muy pequeña, y aunque sus padres tenían una alimentación normal, sin estar pendientes de nada, la niña hacía referencia a las harinas, a las carnes, frutas y vegetales. Era una niña que no sabía de dulces ni salados, que solo consumía leche cuando era necesario. Por eso, cuando la niña empezó a sufrir del estómago, las personas imaginaron que se debía a un virus pasajero o algo por el estilo

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Entonces, grave, la niña tuvo que ser ingresada a un hospital: la hemoglobina estaba baja. Pálida, la niña estaba mal y los padres preguntaron qué podía ser aquello. Los médicos sin poder creer que los padres no supieran, le dijeron. "Esa niña está desnutrida, le falta proteína y carbohidratos. Las frutas son buenas, pero no tanto". Y es que tenemos la mala costumbre de creer que la alimentación es una moda, una costumbre y no una forma de vivir sanamente.

HASTA UNA PRÓXIMA HISTORIA, AMIGOS