Bahía de Cata

Oportunamente, siempre hay más campistas que acompañan tus amaneceres y son testigos de tus noches, trabajo en equipo sin decir más, desconocidos de la aventura o simplemente Dios los pone para hacerte compañía,…

Cuando llegamos a la playa. Sacamos nuestra carpa y acomodamos las cosas; nos pusimos cerca de dos señoras madre e hija ambas mayores pero con un espíritu joven, llevando a acampar a sus hijas y a su nieto para que conocieran por primera vez la playa. Debo confesar que en la hora de la cena nos asustamos y se nos cayeron unas tajadas en la arena del susto, porque una de las jovencitas gritaba corriendo asustada: ¡Corran! ¡Cuidado! En medio de la noche y a todo pulmón corriendo a toda velocidad. Al parecer pensaba que un Tsunami nos aplastaría como en una película del fin del mundo. No me reí en el momento porque se me cayeron las tajadas y por qué pensé que había peligro real, me reí escribiendo este post. La joven no conocía el mar y vio una ola grande jajaja que cosas y que desgracia.

En el amanecer recorrimos el lugar Bahía de Cata, no solo ofrece hermosas vistas. El cálido trato de los Catareños, paseo a caballo por la costa, así como su gastronomía variada que ofrece el lugar desde comida tierra y mar hasta empanadas, pastelitos, patacones, etc., y así religiosamente veíamos poner a los Catareños cada día mesas y sillas barrer las playas para recibir a los nuevos turistas. Mientras otros salían a pescar un famoso pez de la zona, que llegaban cerca de la costa cada vez que llovía y relampagueaba mar adentro porque se asustaban.

Los días pasan y atrapados en tus costas, como prisioneros sin jaula…se nos olvida como es la vida agitada, viendo como cada ración de comida equivalen los días que estaré con mi amada, playa divina de dos cielos y de infinito horizonte, abajo y arriba existen estrellas.- arriba son fugaces abajo el plancton que estalla he ilumina mis pisadas. Si extrañe a mis familiares, fue porque no vieron lo que mis ojos pudieron ver. No por estar tan lejos estoy perdido pero si nunca me encuentran diles que estoy en algo bonito.

Conectando con Dios, encuentro placer de estar tranquilo. Por más molesto que pueda estar se quedó en el olvido. Como el paso del rocío que llega en todos sus amaneceres, También lo será en la puesta de sol que extrañará tu presencia, impresa en cada arena, en cada grano de sal, hasta en aquellas pisadas que tomo prestadas de recuerdo el viento, hasta el mismo perfume que se mezcló con el mar, lo hace tan especial ahora que eres parte de el por ti y para siempre.

Unos de los residentes de la zona retirado como Ingeniero y que antes de mudarse a Cata vivió muchos años en Valencia y en Maracay; nos relató parte de la historia de Cata y de la cultura desde su punto de vista. Nos relata que la Bahía de Cata fue por mucho tiempo una zona importante y estratégica para las des-embarcaciones Españolas en épocas coloniales, El cacao era el principal objeto de comercio y exportación. También nos cuenta que los Catareños son descendientes directos de las antiguas familias de colonias y esclavos Afro-descendientes traídos por los españoles a mediados del siglo 17 y 18.

Para continuar la bahía de Cata tiene numerosas palmeras, lo cual le da un encanto muy especial y la hace una playa muy agradable. La playa de Cata tiene bastantes olas, sobre todo en su lado izquierdo, en donde las olas llegan directamente. Pero si quieres más tranquilidad, puedes dirigirte al embarcadero que está en el extremo izquierdo de la playa e ir a Catica, otra playa en la misma bahía. Mi novia en otra oportunidad visitó Catica…atravesando la montaña, fue una expedición con varios amigos y se tomó un par de horas aproximadamente, lo único inusual aparte de lo desolada de la playa, fueron los mosquitos de gran tamaño que encontró en el lugar; gigantescos prehistóricos con mucha sed de sangre.
Al final de la bahía de Cata del lado derecho se encuentra la desembocadura del río Cata. Al igual que su playa hermana Cuyagua ambas poseen un río que confluencia con el Mar.