Redentor
Tras la pista de los recientes asesinatos que tienen a la elite y prole caraqueña en la zozobra, desde líderes sindicales, curas, jefes de partido, personeros del gobierno hasta oficiales de la "sagrada" incluso hubo un asesinato dentro de la rotunda.
Todos en el cuerpo policial tenemos como orden de dar captura con vida a este peligroso personaje que en las calles y rincones de la ciudad de hace llamar el "el taita".
Caracas, 20 de Noviembre 1905
Nunca espere toparme con el. Nunca espere ser su captor y nadie cree que él fuese quien se entregó. unos 7 años duraría una reputación de terror hasta hoy.
Era tarde en la noche, casi las 12:00 Pm. Salía de entrevistarme con algunos presos en la rotunda, decidí tomar el camino largo, nunca me agrado hacer esa clase de entrevistas, pese que a que todos saben o suponen que soy muy bueno obteniendo respuestas de la gente.
Pero nunca se que es peor que se quiebre, o un par de huesos de lo presos o lo mas profundo de mi mente. No se como se ve mi rostro mientras "entrevisto" pero todos dicen que no han visto a nadie disfrutar tanto como yo. A caso mi subconsciente me juega una mala broma, o mi cara de asco tiene una sonrisa.
Por los recientes acontecimientos me ordenan llevar el arma siempre conmigo. Caminaba por el centro de la ciudad, a pocos pasos de la catedral de Caracas, una ligera lluvia y la brisa mueve los árboles. Pese a eso mi paso es insonoro, como si no tuviera alma, como si mis pies no pesaran.
Me he acostumbrado y sabido sacar provecho de esa situación. al final soy detective, y nunca le he dado la voz de alto a nadie, todo el que corre algo de culpable tiene.
He recorrido cada calle y rincón de la ciudad que se lo que es típico, atípico, ilegal y permitido. Incluso los detectives tenemos un código y podemos permitir cierta condescendencia con cierto tipo de crimen. Sin embargo, ver la puerta de la catedral abierta y luz emanando de su interior a esas horas de la noche siempre será un hecho atípico-
Me detuve justo detrás de la puerta, escuche voces en el interior, parecían plegarias, aunque por sentido común la Catedral no se encuentra abierta y ningún cristiano con al menos 2 dedos de frente se atrevería a salir a esas horas de la noche.
La luz de las velas saliendo del interior de la catedral y la luna que tapada por las nubes no podía cumplir su trabajo de iluminar a los transeúntes, la sombra que formaba la puerta y la pared a mi espalda era perfecta para esconderme. Saque el revolver del interior del saco, tome inhale largo y despacio antes de dar un paso al interior.
Al estar en el umbral de la gran puerta de la Catedral de Caracas, no fue grata mi sorpresa. 4 cuerpos yacían desangrándose en el suelo y un hombre vestido con un saco negro y un sombrero contemplando la escena. Volteo al percatarse de mi presencia, soltó el cuchillo y se arrodillo mientras yo sin palabras me aproximaba.
Estando lo suficientemente cerca lo escuche terminar sus plegarias.
Bienaventurados los inocentes que perecen, para ellos el cielo está garantizado.Bienaventurados los los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados
Bienaventurados los buenos de corazón,porque ellos verán a dios.
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