En el asiento de atrás.

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De seguro, sí, si me ven desde arriba los seres evolucionados observaran mi conducta, la cordura y la locura, estudian, experimentan o tal vez por diversión se rían o admiren el actuar como un idiota pensándote, caminando por la casa quemando la energía que recargas al inspirarme, tus fotos son una delicia que mis letras son las únicas con la clave descifrable a los sentires, te escribo en papel y en teclado en ambas eres novela, detesto el café o detestaba hasta que parpadeaste, prefiero el ámbar tostado de tu piel, el amaretto que espesas al hablar, facciones nativas, dosis de cannabis sativa, deleitarte es la chispa de las pupilas activas, titilas pasiva en el asiento de atrás, captas mi atención, raptas mi silencio, pactas sosiego con quién impactas es una decisión mutua, mas tuya imponente quién se niega, mutismo y benévolo, afortunado representar el papel de público, dichoso el espectador frente a frente, ojos grandes de gacela, los míos se dilatan para atrapar el candor resplandeciente, un flash constante encegueces deslumbrante, pase inerte al umbral sin subir el lumbral, en medio de la entrada espero su invitación, en cambio entraste sin permiso resolviendo el interior que tanto había costado ordenar, o en ese proceso a medias, llegas, tocas y toca iniciar de nuevo, ahora debo agradecerte o vengarme, permitiré al universo ejercer justicia, ¿cómo? Si ya eres con in, en fin, en esta instancia resumiéndola en injusticia y ser el intermediario, en conclusión, de mi parte soy el soslayo y tú la leguleya.

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Hola mi muerte

Si, los términos contrarios, son inolvidables, aunque se repitan vida, amor, son los negativos las huellas imborrables del ser humano. Te queda muy bien ¿por qué como olvidarte? Serías la cura del Alzheimer con esa sonrisilla.
Me he puesto a analizar y en Venezuela reina el paraíso en la belleza femenina, y comparándolas contigo, sea donde estés hasta las tinieblas sería mi lugar favorito.

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