¡Buenas noches querida comunidad! 😊

Anoche publique la presentación de Inocencia con un pequeño fragmento de lo que viene siendo el capítulo #1 y prometí que hoy publicaría el capítulo al completo. Bueno no sé si use el verbo prometer, pero dije que lo haría y mi palabra es deuda, así que aquí lo tenéis al completo.

Disfrutad de la lectura.📖

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06/01/1999✏️

Ayer, antes de ir a la cabalgata, Cara y yo jugábamos al escondite.
Cara es mi hermana pequeña. Mientras ella contaba y mama volvía loco a papa, yo corría hacia nuestra habitación para esconderme. Como mama había bajado las persianas y estaba todo oscuro, era el lugar perfecto para hacerlo, a Cara le daría miedo y no me encontraría. Al entrar no se veía nada y sin pensarlo me tire al suelo para meterme debajo de la cama de Cara, pero no había sitio, intente lo mismo debajo de la mía, pero tampoco hubo suerte, porque estaba todo lleno de cajas, si había cajas, cajas de diferentes tamaños de bajo de las camas. No sabía desde cuando estaban ahí esas cajas, tampoco me acordaba cuando fue la última vez que mire debajo de ella. Como no lograba distinguir que tipo de cajas eran, encendí la luz, levanté la corcha para poder ver mejor, y fue entonces cuando me di cuenta de que había crecido creyendo en una mentira…los reyes magos no existen. Las cajas que había debajo de las camas eran juguetes y que casualidad justo los que habíamos pedido en la carta de reyes.Apagué la luz y Salí de la habitación.
Cara estaba buscándome en el cuarto de aseo.

–Cara –Susurré.
–¡Te pille! –dijo emocionada.
–Si, has ganado. ¡Vámonos!

La cabalgata fue una mierda, ya sabía de hace tiempo que los tíos que se paseaban en carrozas no eran Melchor, Gaspar y Baltazar, pero lo disfrutaba como si fuera real. Esta vez no. Esta vez me sentía mal, había visto lo que no tenía que ver y solo podía pensar en lo falso que era todo. Nada de aquello existía de verdad y seguro de haberlo hecho no sería tal y como lo pintan.

–Iris hija, ¿has cogido algún caramelo? –preguntó mi madre.
–No mama. –contesté desganada.
–¿Que te pasa? – preguntó –. Mira Cara todos los que ha cogido.
–No tengo ganas de agacharme mama. –le dije firmemente mirándole a los ojos.
–Vale hija…

En ese momento odiaba a todo el mundo no comprendía el propósito de la mentira, porque los mayores disfrutaban mintiendo a los niños sobre tres reyes montados en dromedarios cargados de regalos, a los que hay que dejar algo de comida y bebida porque nuestros padres afirman que entran en casa para dejar los regalos y que para repostar energía necesitan comer y beber, nosotras siempre le dejamos agua para los dromedarios y anís y polvorones para los reyes. Además, no quieren ser vistos por nadie y entran en casa cuando todos estamos dormidos.

¿En que cabeza cabe que esto pase en realidad? Ah si, en la de un niño o niña inocente que no sabe de la vida, del mundo, de historias, realidades y mentiras, que creen profundamente en las palabras y los actos de los seres en que más confían y son su punto de referencia, papa y mama. No podría ser otra cosa que una mentira.
Esta mañana, día de reyes hemos abierto los regalos, mi ilusión era nula. Estaba todo lo que habíamos pedido; dos Barbie, Barbie compras divertidas, las películas de Anastasia y Hércules, la habitación de ensueño de Barbie, la bicicleta para Barbie y un diario, en el que estoy escribiendo ahora.

–¡Que bien se han portado los reyes este año chicas! – dijo mi padre muy animado.
–¡Si! –Grito Cara, llena de felicidad.
–¿Te gustan tus regalos? –me pregunto mama.
–Lo que más…el diario. Estoy deseando empezar a escribir. –conteste.
–Me alegro hija – dijo sonriendo mama –. Pero no se te nota.
–Ni se me va a notar mama – dije muy seria –. Vi los juguetes debajo de nuestras camas, por tanto, los reyes magos no existen y tú y papa sois unos mentirosos.
–Siento que lo hayas descubierto así – dijo en voz baja para que Cara no la oyera.
–¿Por qué mama?, ¿por que hacéis esto?,¿por que nos mentís? – pregunté dolorida.
–Hija, es una tradición. – dijo sin darle mucha importancia.
Se dio la vuelta para ayudar a Cara a desenvolver sus juguetes y yo tuve que conformarme con esa respuesta que poco me aliviaba.

Me siento engañada y manipulada, han jugado con mis sentimientos e ilusiones desde que era pequeña; ¡pórtate bien o los reyes te traerán carbón!, ¡Estudia o no hay reyes! Siempre bajo amenazas.

¿Mentir a tus hijos por una tradición?

Creo que he encontrado la respuesta a eso. Lo reyes magos no solo son una tradición, son también una herramienta que utilizan los padres para controlarnos, ya que, si no hacemos lo que ellos quieren, no hay reyes.
Aunque en el fondo pienso que ellos también lo disfrutan primero por vernos a nosotros sus hijos felices y segundo porque ellos también fueron niños y esperaban con ilusión el día de Reyes.

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