El día de hoy mientras me encontraba en mi consultorio privado, llego una paciente a la cual le tengo mucho respeto, su nombre es Rachel, es una hermosa niña de tan solo 5 años de edad, la cual yo mismo había visto en la clínica hace 15 días.

La primera vez que la vi fue debido a que posterior a una caída ella presento un traumatismo en su codo derecho, por lo que fue llevada por su madre y su abuelita a esa clínica, al llegar, ella se encontraba muy asustada y no se deba tocar por nadie, yo después de ver la Rx pude darme cuenta de que tenía una pequeña fractura, por lo cual debía inmovilizarla.

Mientras la inmovilizaba, la pequeña Rachel casi me dejo sordo debido a sus gritos, pues era tanto el miedo, que no hacia otra cosa que gritar, rápidamente le inmovilice su brazo con un yeso y le dije a su madre que me la llevara a la consulta en 15 días.

Precisamente hoy se cumplieron esos 15 días, y al verla entrar al consultorio me puso los pelos de punta, ya que sus gritos son tan fuertes que te pueden dejar sordo jejeje, sin embargo, la sorpresa la recibí fui yo cuando al verme me dijo:

• Hola doctor
• Quería volverlo a ver
• Lo extraño muchisisisisimo, usted fue quien me curo.
• Porque desde que me puso el yeso ya no tengo dolor.

Yo no lo podía creer, lo que esa niña me estaba diciendo, la abuela quien fue su acompañante tampoco lo podía creer, para su edad esta niña habla muy pero muy bien, de esta manera pude evaluar su codo a través de un estudio de RX donde se lograba visualizar aun el trazo de la fractura, pero ya en proceso de consolidación ósea, lo cual era signo de una excelente evolución.

La niña se encontraba feliz porque yo había dicho que todo iba muy bien, entonces me puse a escribir las nuevas ordenes de RX para que acudiera en 15 días para revalorarla, al entregarle los récipes a la abuela, la niña se me acerca y me dice:

• Doctor yo lo quiero mucho a usted
• Le quiero dar un beso y un abrazo grande
• Es el mejor, ya que usted me curó.

Yo al recibir ese beso y ese gran abrazo, el cual se encontraba totalmente lleno de afecto, rápidamente saqué mi teléfono celular y decidí tomar una fótico para recodar a esa niña tan hermosa, cuya foto es la que coloqué al principio del post.

Reflexionando un poco…

Se puede decir, que en este mundo los momentos, así como estos no tienen precio, las cosas materiales no tienen tanto valor, cuando se comparan con estas situaciones, que no son esperadas pero que sin duda alguna te llegan al corazón.

Si tan solo ustedes pudieran medir el gran afecto que me regalo esa niña hoy, en calidad de agradecimiento por sentirse mejor, les faltarían unidades de medición para cuantificar tanta ternura, sencillamente momentos como este son los que te motivan para seguir hacia adelante a pesar de las dificultades.