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in HeartChurch2 years ago
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Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.2 Corintios 9:8-11.

En este planeta reina el egoísmo y esto puede tener muchas razones, siendo la primordial de ellas, la presión que ejercen las tinieblas sobre el ser humano, para que este viole el segundo enorme mandamiento de Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Otras razones deben ver con la población mundial, la escasez de recursos, el robo, la injusticia, la pereza de ciertos para el trabajo, que hacen que el ser humano en lugar de beneficiar todos los días; más bien se dedique a intentar de aumentar sus bienes y de asegurarlos hasta donde sea viable, para que los otros no se logren apoyar de ellos.

Un componente fundamental para tener en cuenta en este tema son las matemáticas de Dios; vemos que para el planeta ofrecer significa tener menos, sin embargo, para Dios, ofrecer significa tener más. La Biblia dice: Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; ya que con la misma medida con que medís, os volverán a medir. Lucas 6:38. Si provees, entonces recibirás una medida apretada y rebosante; o sea, Dios no te devolverá lo mismo que das o menos; sino una cantidad más grande o multiplicada con la que hemos has dado.



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Es ineludible huir de este comienzo bíblico, que nos garantiza que todo lo cual proveemos es como una siembra que se hace en un lote, que en su tiempo producirá una cosecha, la cual relacionadas con la semilla sembrada va a tener una equivalencia del ciento por uno o todavía más dependiendo de nuestra generosidad, esto significa que lo cual sembramos regresa multiplicado. Pero esto menciono: El que siembra escasamente, este segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente además segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, pues Dios ama al dador alegre. 2 Corintios 9:6-7.

Ahora, una vez que andamos como cristianos fieles, entonces Dios va a hacer que sobreabunde en nosotros mismos todo tipo de bendición, toda gracia, para que de igual manera nosotros mismos hagamos partícipes a otras personas que lo requieren y así nuestra justicia permanece para toda la vida, conforme con la promesa de Dios. Debemos reconocer que mucho el que provee los recursos para ofrecer, como el que multiplica nuestra mesa es el mismo Dios y que como promesa adicional al ofrecer, incrementará los frutos de nuestra justicia, para que seamos ricos tanto material como espiritualmente y tal cual presentemos diariamente delante de Dios frutos de reconocimiento. Dios nos da suficiente en todo, para que nosotros mismos además abundemos en buenas obras; que el que da al pobre o necesitado, su justicia delante de Dios permanece para toda la vida.

Que Dios los bendiga en grande y abundantemente.

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