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Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. 2 Timoteo 2:19

Tenemos la posibilidad de mencionar que Dios conoce a cada persona a partir de lo más íntimo de su ser hasta lo más superficial; siendo el corazón uno de los principales elementos de nuestra alma, de donde mana la vida y en el que Dios fija su mirada: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Ya que de él mana la vida. Es así como Dios tiene una perspectiva perfecta de nuestra mente y corazón (no el físico, sino el del alma) y no se le huye ninguno de los detalles de su contenido: Y a sus hijos heriré de muerte, y cada una de los santuarios sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. Dado aquel enorme entendimiento de Dios sobre nosotros mismos, entonces va a poder costear a cada uno acorde a sus obras, sin que haya sitio a equivocaciones: Pues el Hijo de las personas vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno acorde a sus obras.

Son personas que tratan de caminar por un doble camino: Por un lado, profesan ser de Cristo; sin embargo, siguen conviviendo con el pecado. En otras palabras, pues el que tiene un doble camino o una doble vida, con su boca pregona ser de Cristo y así se engaña a él mismo y desagrada a Dios con su hipocresía y con sus mentiras con su camino de pecado, entonces está realizando que vituperen el nombre de Cristo o que hablen mal del evangelio por causa de sus actos, los cuales no dignifican la obra de Dios ni la glorifican; sino que por medio de ellas provoca que varios renieguen y desistan del camino del evangelio.

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Es simple mencionar que somos cristianos, sin embargo, seguimos mencionando vulgaridades, seguimos calumniando a las otras personas, seguimos hablando mal de nuestras propias autoridades en lugar de estar intercediendo por ellas, no nos sujetamos a las autoridades por Dios, desobedecemos de Dios en cosas que no nos gustan o con las cuales no estamos de acuerdo, seguimos honrando imágenes y tampoco deseamos escudriñar la biblia, intentando encontrar así no tener compromisos con Dios. Sin embargo, que no tenemos nada para darles y es por esa razón que se debe asistir a Jesucristo, quien nos puede rescatar, por ser el único intermediario entre Dios y los hombres.

Dios ya tenía programado todos los detalles de que se iba a componer nuestro cuerpo humano, anteriormente que fuésemos engendrados en el abdomen de nuestra mamá: No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Salmos 139:15. Querido hermano y amigo, Dios te conoce de verdad y es ya la hora de quitarnos la máscara de cristianos y nacer otra vez como verdaderos hijos de Dios; de lo opuesto, hay un infierno esperando a esos que no se han arrepentido de verdad ni han entregado sus vidas a Jesucristo: Respondió Jesús y le mencionó: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3.