La música siempre ha sido una aliada para alegrarnos, pero también para revivir momentos, no siempre felices. Ella es un puente que conduce a la dicha y a la melancolía.

Nunca había escuchado este canción de Paúl Muriat, titulada Muerte de un poeta. El título ya fue un detonante para mí. Por eso quiero dedicar este poema a la poetisa: Hanni Ossot, que es una de mis preferidas. Ella murió el 31 de diciembre del año 2002, a la edad de 56 años, estando recluida en un centro de tratamientos mentales.

_Fuente

El laberinto de Hanni

Me apoderé de tu tiempo,
de tu gesto de niña huérfana,
de tus dudas sobre la vida y la muerte,
de tu mirada perdida en un estanque de líquenes
con peces extraviados.
Me silencié con tu silencio,
Hablé con tus versos
Miré en el pozo de esos seres ausentes,
que cada día ocupaban más tus recuerdos,
que te regresaban a la infancia,
a tus miedos,
a tus deseos de ser grande,
de volar,
de alejarte de todo,
de perderte en una selva
con desconocidos.
Hoy suenan las doce campanadas,
hoy se acaba un año,
y junto a él, tu voz se extingue
en un cuaderno de tachones,
de formas deformes,
absorbida por los fantasmas.
Todos hablan bajito,
Ocultan verdades,
Hanni sucumbe al laberinto.

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Invito a mis amigos @rosita1, @acostacazorla y @josertalaverag.

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