Halloween Guion. 5 de diciembre de 2014

in #life7 years ago (edited)

Esta obra donde participe con el papel de Brujita y fui guionista también! lo hice pasando para segundo semestre, la cual me trae algunos que otros recuerdos. Quise compartirla acá.
Claro que tuve una que otra ayuda de un compañero para redactar, el cual ya no recuerdo su nombre, jaja.
En fin, espero que el que lo lea y le guste me regale un Upvote :) si no es mucho pedir.

  1. Miranda Calderon
  2. Ivanna
  3. Patrick
  4. Carolina
  5. Pirata
  6. Momia
  7. Espejo
  8. Flora
  9. Trina
  10. Max
  11. Brujita
  12. Narrador
    Mi nombre es Miranda Calderon, hija de Ivanna y Luciano, mi madre me domina por completo, yo no quiero ser como ella quiere que sea, pero ya que no está voy hacer una fiesta en nombre de ella.
    Miranda decide realizar una fiesta para conmemorar la celebración anglosajona de halloween o día de brujas en su adaptación al castellano. Para ello, invita a sus amistades más cercanas a que se reúnan en su casa, para que vayan de con su mejor disfraz, alimañas o cualquier otro jocoso ser que evoque miedo o al menos una sonrisa por su temática.
    Se realizan los preparativos para una alocada reunión, puesto que los padres de Miranda están de viaje, por tanto, todo objeto decorativo es hecho a un lado y reemplazado por adornos dignos de una noche de brujas. Catrinas, telarañas, un poco de sangre falsa y demás, acompañan las paredes y muebles del lugar.
    Movió y re-acomodó algunos muebles, como el sillón y lo situó a la izquierda justo por enfrente de la puerta principal de la casa, a un lado de la mesita donde reposaba el teléfono. Además, decidió colocar una vitrina justo al frente del sillón para que sostuviese las bebidas, vasos y demás. A mano izquierda de la vitrina, había un espejo de pared, bastante común en este tipo de casas.
    Al fondo de la sala, se encontraban un par de sillas tomadas del comedor y por detrás de éstas, estaba un gran estéreo, cuya función dotaba de particular relevancia, puesto que la fiesta estaría enfocada en gran medida a la música y bailes típicos para cada pieza.
    Por último, en el centro de la sala, se hallaba la mesa principal adornada y lúgubre, que abducía a pensar en los pedestales arcaicos de épocas pasadas, un precioso elemento que se acoplaba perfectamente con la idea pagana de un día dedicado exclusivamente, para los muertos.

Miranda quien vistiese de hechicera para tan dichosa ocasión, se encuentra satisfecha con la decoración del lugar, por lo que tan sólo le resta reposar y esperar a que lleguen sus amistades.
Un pensamiento la alude, y con ínfulas de duquesa se levanta y comienza a musitar fragmentos aleatorios de series y películas basados en seres antropomórficos-ya le dije que el conde Drácula no se encuentra en este momento, sólo me encuentro yo, su esposa- a su vez, se acercaba al espejo y en voz alta preguntó- espejito, espejito ¿quién es la hechicera más bonita?- a lo que rápidamente el espejo le contestó- este es el plátano más bonito que he cosechado- mostrando un plátano maduro entre sus manos. La joven, aturdida responde –a vaaaaina ahora si me arreglé yo, un espejo gay- pero el espejo no se quedaría callado ante esa alegación por lo que exclama –insensible-.
Decide que es mejor colocar un poco de música para pasar el rato. Coloca una canción tan tranquila como llevadera para aliviar las tensiones y al son del magnífico lienzo vertido en letras se sirve una copa, una copa de vino tinto tan ideal como la ocasión que amerita.
El timbre la desvela de su letargo -¿Quién será?- se pregunta, mientras se dirige ansiosa hacia la puerta. Al abrirla, nota que es su querido amigo Patrick el del anillo abierto, quien había estudiado con ella años atrás.

  • Oh mygod, que bien te ves en ese traje, me pudieras decir ¿en qué se basa?
    -Gracias madan, pues de sombrerero loco.
    -¿Qué esperas? Pasa y toma asiento que en pocos minutos llegarán los demás, por cierto ¿deseas beber un poco de vino?
    -Por supuesto. Es notable el trabajo que realizaste al decorar este lugar.
    -Gracias- responde, mientras servía a tope su copa.
    Un minuto pasó mientras sorbía y degustaba el néctar teñido en sangre que muy cordialmente le fue servido. Aunque Sofia Carlota tenía algo más que agregar a la conversación.
    -Llevas contigo lo que te mandé a traer ¿verdad?
    -Claro, ¿cómo olvidarlo? Aquí tienes.
    Mientras le hace entrega de una mochila, que albergaba en su interior una caja un tanto peculiar. La coloca sobre la mesa y se disponen a seguir conversando.
    Entre tanto, pasa el tiempo muy rápidamente pero se detiene justo cuando el sonido del timbre retumba nuevamente en los oídos de ambos, esta vez de manera incesante por parte de quien lo tocaba.
  • ¡Coño ya voy! – gritaba aturdida por el constante sonido de la puerta.
    Abre la puerta y se encuentra justo con quienes pensaba ver, tres viejos compañeros revoltosos menos la chica del colegio que venían ya de por sí “muy alegres”, no esperaba verlos tan rápido allí y menos en las condiciones en las que se encontraban, al punto más risueño de un THC que bordaba su ropa e impregnaba el aire que los acompañaba.
    Los tres venían con pintorescos disfraces, uno estaba de pirata, el otro pues… de… bueno el otro no venía muy disfrazado que se diga, aunque alegaba estar vestido de – nada .El tercero por su parte estaba recubierto de vendas, puesto que el preciado papel higiénico está un poco escaso, emulando una momia.
    Después de verlos, decide saludarlos.
  • hechicera: Hello chicos, disculpe mi imprudencia pero ¿qué los trae tan felices por acá?
    -Carolina: ¿te acuerdas en el bachillerato que siempre sacábamos malas notas?, bueno hoy sacamos una muy buena en el camino.
  • momia: se serio chamo nosotros somos es tipos happys por la vida,tas claro…
  • Pirata: pero bueno vamos a pasar es lo que, está haciendo es sendo de frio. Por cierto, compa, ¿me puedes hacer la segunda de meterme la espada ahí? Es que no alcanzo.
    momia: no… valeee!! Tas quedando mal con la fresa papá, ¿que lo que? ¿Quieres que te meta la espada, en donde? .
  • hechicera: jajajaja tranquilos, ustedes pasen que la fiesta recién comienza.

Al entrar, se acomodan en el sillón y se jactan de vino a granel mientras muy fervientemente gritan – ¡¿y la música vale?! Hay que activar esta fiesta – por lo que Sofia Carlota decide por cuenta propia encender el equipo. Pero no pasa ni cinco segundos cuando nuevamente tocan a la puerta.

Se devuelve y exclama – ahí está, pongan lo que deseen- mientras próxima al portón decide averiguar quién tocaba. Abre la puerta y son las muchachas que faltaban.

Al verlas, las saluda eufóricamente y les ofrece una bolsa de “caramelos” para divertirse toda la noche.

  • Catrina: se puede saber ¿qué es esto? Mira que estas cosas no parecen caramelos, no huelen a caramelos…
  • La brujita: y no saben a caramelos…

Decía con la boca llena.

  • Catrina: ¡bruja! ¿Te los estás comiendo? ¿Tú eres loca?
  • La brujita: es que se veían sabrosos.
  • Catrina: ay no chama, yo no te voy a estar cargando de regreso a tu casa,Flora la llevas tu. ¡Flora se puede saber qué estás haciendo!
  • Flora: es que sentí que lo tenía que aceptar para no dejarla mal.
  • hechicera: ay si, sobre todo yo, cualquiera cae que las muy santas, si se la pasan metidas en el callejón de la puñalada comiendo brownies aliñados a lo rastafarai.
  • Catrina: bueno terminemos de pasar pues, me tendré que calar a este par de locas.

Catrina, aparta a sus compañeras tras decir eso e impetuosa se digna a entrar de una vez por todas, mientras que las otras dos la observan con gracia y la siguen.
Sofia Carlota espera a que la última pase y cuando iba a terminar de trancar la puerta, escucha un grito – ¡espera, no tranques!- que la hace abrir la puerta nuevamente. Era Max, un compañero del trabajo, conocido en la oficina por llegar tarde a todos lados.

  • Sofia Carlota: Jajaja… casi te tranco la puerta en la cara, por un momento pensé que no vendrías.
  • Max: ¡Si ya vi! Y pues si sabes que llego tarde a todo, no creo que pensaras que no iba a venir
  • Sofia Carlota: Cierto, pero que bueno que llegaste, de verdad pense que te perderias esta reunion.
  • Max: Pero de no haber venido, fueses tú la que se perdiese la oportunidad de verme a mí en mi disfraz.

Sofia Carlota sonríe y cabecea de lado a lado mientras le pregunta – ¿con ese disfraz retro crees que me vas a impresionar?-. Max frunce el ceño, voltea la cara y comenta – ay si, ay si, la del disfraz más caro – Sofia Carlota lo toma por el brazo y lo mangonea al interior de la casa – vente tonto, para ver si osas hacerle homenaje a tan ridículos trapos-.

Entran y se encuentran con una muy alegre reunión, con risas y con buena música. Al rato, como si se tratase de una especie de cuento, el tiempo saltó por la ventana, el tempo vomitó sobre ellos y el viento se metió en el baño.

Lo interesante no es el recurso literario, sino que realmente todo eso ocurrió, el apellido de Patrick era tiempo, Max vestía del rapero llamado tempo y el viento era peo que se armó allí dentro. En fin, el punto clímax ocurrió durante los últimos diez minutos de las once de la noche, Sofia Carlota decide reunirlos a todos al centro de la sala –les tengo algo especial- mientras saca la misteriosa caja que se hallaba dentro de la mochila de Patrik –vamos a jugar algo acorde a la fecha- la colocaba sutilmente sobre el centro de la mesa – ¡juguemos pues! A la ouija- gritó, todos a su alrededor la observaron con un poco de estupefacción. Comentan, sin embargo –mejor juguemos jumangi-, -yo aquí traje mi ludo, me dijeron que a esta hora es igual de escalofriante o más que la ouija- con algo de timidez.

-¡Pues no!, ¿no querían una experiencia distinta?- dictaminaba Sofia Carlota quien ya quería comenzar con los preparativos –flora, colócame una canción apropiada para la hora- mientras se dispone a apagar las luces del lugar.

Varios se achicopalan y excusan sus temores con obvias mentiras sacadas de un jardín de niños –vaya, si es verdad que el partido es hoy- dijo la momia mientras miraba su muñeca sorprendido - ¿qué te estás mirando tú si no tienes ni reloj?- comentó Patrik, -eso es lo que me sorprende ya que yo tenía uno antes de venir para acá, seguro se me cayó por las escaleras, Mmm… como que mejor me voy a buscarlo, hablamos- retirándose de la casa.

Ya después del revuelo inicial para saber quién se iba y quien se quedaba, comenzaron los preparativos para la iniciación del juego – flora, te dije que colocaras música para ambientar a esta hora- exclama Sofia Carlota quien ya había pedido el favor.

-necesito que se agarren las manos mientras…- suena de fondo algo atípico a lo que se requería para ambientar, era la canción de Oswaldo Oropeza “faltan cinco pa’ las doce” -¡¡flora!!- gritan todos -¿qué pasó pues?- responde en forma de pregunta mientras se acerca a la mesa. Sofia Carlota la observa con detenimiento –se puede saber ¿por qué colocaste esa canción?-, -bueno, tú me dijiste música apropiada para la hora, y esa es la más se apega a la hora por el reloj-, -¡¡solo cámbiala!!- gritaron nuevamente todos al unísono.

Retomaron nuevamente el juego, esta vez con una mejor banda sonora de fondo, todos estaban sentados en círculo alrededor de la mesa, en el medio de ésta se encontraba la tabla y cada uno tenía puesto su mano en la tabla. –Ahora sí, comencemos- Miranda Carlota retoma nuevamente el control de la situación y cada uno comienza a observarla – ¿podemos entrar al juego?-, nada sucede por lo que suponen que pueden comenzar a jugar. –si hay algún espíritu acá presente que se manifieste a través de cualquier medio-, nuevamente nada ocurre, pero tras abrir cada uno los ojos para ver cualquier anomalía que se materializase en ellos o en su entorno por parte de algún supuesto espíritu, se inquietaron, puesto que vieron que uno de ellos aún seguía con los ojos cerrados murmurando incoherencias -¿qué te pasa?- le preguntaron -¿Aristubulo? , ¿Eres tú Aristobulo? Este recinto me resulta familiar ¿ésta no es sabaneta?- mientras actuaba como el ex-presidente Venezolano cantando la canción de patria patria querida. Al otro lado de la mesa, Max llama la atención de todos –esperen chicos, creo que también estoy bajo la influencia de… de… del ritmo, auu…- se levanta súbitamente y se dispone a bailar el moon-walker y demás.
-Este majunche está bailando como los del imperio, ¡¡exprópiese he dicho!!- furioso gritaba el ex mandatario ante los movimientos típicos del ex-rey del pop Michael Jackson.
-Carolina:ustedes si están locos buscando que le jalen las patas en la noche por estar burlándose jajajaja

Las risas no se hicieron esperar, todos comenzaron a tranquilizarse tras una exhaustiva euforia prolongada por varios minutos. Las ganas de seguir jugando se habrían acabado, aunque insistente, Sofia Carlota aún quería experimentar las sensaciones escalofriantes de jugar la ouija. –sigamos pues, no por eso vamos a dejar de jugar-.

Dudosos y de forma tediosa volvieron a colocar sus manos en tablero, preguntando de nuevo -podemos entrar en juego- esta vez todos juntos lo dijeron 3 veces. Sorprendentemente y a la sorpresa de todos, esta vez sí ocurrió algo ya que se movió la lupa para lado que tenía escrito “si”.

  • Brujita: espero nadie vaya movido la lupa
  • Catrina: pues si nadie lo hizo ya yo me estoy asustando
  • Patrick: dejen el miedo y continuemos.

El ambiente seguía igual, a pesar de que algunos eran realmente supersticiosos al respecto. -si hay alguien aquí en este momento que se manifieste, dije que si hay alguien aquí en estos momentos que se manifieste manifiéstate ahora-.

En un giro completamente fuera de lo normal, las luces que yacían apagadas comenzaron a titilar varias veces, un grito espectral surgió desde lo más profundo de la habitación y todos, horrorizados, se apretaban fuertemente las manos.

Las luces se logran estabilizar y se escucha en medio del silencio imperante –¡¡¡nojoda!!! ¡¡¡Quién demonios puso esta mierda en el piso!!!,Miranda Carlota ¿eres tú? ¿Qué haces en la sala? Y ¿Quiénes son ellos?- era la voz de Ivanna la madre de quien se hallaba de viaje y la cual había regresado antes por el mal clima de la zona.

– ¿mamá? ¿Qué haces aquí, y tu viaje?- anonadada responde Miranda quien es abatida por su madre –nada chica, ¿ahora no puedo venir a mi casa? ¡Se me largan todos inmediatamente…!- furiosa con todos en el lugar en especial con su hija.

Un comentario surge dentro del grupo –creo que invocamos otro tipo de demonio- el cual fue escuchado por todos -¿Cómo me dijiste? Falta de respeto, es más chica ¿Qué estaban haciendo ustedes aquí, invocando al diablo?-, -no mamá, estábamos solo jugando- se defiende Miranda ante las alegaciones de su progenitora –tanto que me costó parirte a ti como para que te vuelvas come gato- comenta decepcionada y triste.

Obstinada, Miranda responde -ay ya mamá, no soy come gato, no puedo contigo… váyanse muchachos- caminando a paso de burro flojo y recogiendo el juego, las mochilas y demás. –Me voy a cambiar, así que se me van lo más rápido posible antes de que llame a sus padres-.

Con la puerta ya abierta, se disponen a salir uno por uno de su casa

–Vaya, que noche Miranda, suerte con tu mamá-
-oye cielito la pase al pelo, gracias por esa-
-perro... imagínate cómo será como suegra- sale comentando Patrick mientras habla con flora.

Tras irse todos, Miranda tranca con llave la puerta y se dispone al acomodo de la decoración, la madre acongojada desde la habitación le grita –cuando termines ahí te llegas para decirte algo-. Ésta se plantea la posibilidad de un inminente sermón y prefiere reposar un rato en el sillón. Un vago pensamiento le pasa por la mente al observar la caja de la ouija y es que en ningún momento salieron del juego.

Entre tanto el teléfono comienza a repicar varias veces – ¡mamá, agarra el teléfono!- pero nada que responde. Indignada y molesta piensa que su madre la está ignorando a propósito y contesta por su cuenta. – ¿Aló?- pregunta de forma pedante, pero en medio su imprudencia no escucha más que estática y nuevamente pregunta - ¿aló?-. Es allí cuando su rostro cambia completamente, el horror era casi palpable al ver su mirada congelada en un mar de incredulidad y pánico. Estaba escuchando la voz de su madre que le decía –hija, ¿cómo está todo por allá? El viaje se tornó complicado con esta lluvia pero gracias a dios ya llegué a Canadá, ¿aló? ¿Miranda, estás allí?-.

Suelta el teléfono y deja su imaginación correr entre cientos de ideas distintas que aclarecían y formulaban más y más dudas. Al caer, la llamada se cuelga y el tono frío del teléfono hizo que su cuerpo experimentara un escalofrío total producido, además, por la mirada lúgubre de lo que pensó que era su madre por detrás de ella y recordó que no había escapatoria, ella, cerró la puerta con llave y muere.

Derechos de Autor reservados.

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