Soy joven | Realidad Venezolana

Hoy más que nunca me siento con una tristeza enorme en el pecho, soy una chica joven y como prioridad siempre han estado los estudios. En realidad jamás he en otra cosa que no tenga que ver con el internet, sin embargo con lo poco que he logrado ganar en el transcurso de lo trabajado he ayudado a mis padres con los gastos de la casa, comprar comida y así otras cosas para vivir con algo de comodidad.

No he pensado en irme del país porque quiero terminar mi carrera universitaria, para así creerme ese sueño de que en algún momento voy a encontrar un buen trabajo de la carrera que sea bien remunerado. No soy una chica que le guste muchos las fiestas o quedarme en casas ajenas, prefiero más las salidas a comer o quedarme en casa preferiblemente durmiendo.

Siento que soy joven, que debería vivirla, debería salir, poder comerme y comprar lo que me gusta, poder ir a otro sitio sin tener que esperar y esperar. Actualmente los jóvenes que vivimos en Venezuela simplemente tenemos dos opciones: O sales y gastas el poco dinero que tienes con temor a que algo pueda pasarte o te quedas en casa sin hacer nada, simplemente siendo un aburrido.

A nosotros los jóvenes se nos están cerrando las puertas, no hay oportunidades, no hay un surgir, no hay siquiera alguna luz o un mecate al que puedas amarrar tu mano y digas “Ok de aquí me agarro y avanzo”. ¿Cuántas familias no hay separadas? ¿Cuántos chamos no han tenido que dejar de estudiar? ¿A cuántas miles de millones de personas no les alcanza para si quiera comerse un dulce?

Me da tanta rabia y tristeza saber que eres un chamo, que tienes una vida por delante, que estas en la edad de si te quieres irte a la playa lo deberías hacer. Y digo deberías porque aquí simplemente no se puede, quieres salir no tienes efectivo, tienes el efectivo no hay transporte, llegas al sitio no hay luz, llega la luz no pasan los puntos. Y es que realmente somos como la canción de la pulga y el piojo que jamás pudieron casarse porque siempre les faltaba algo.