La venganza libidinosa

No me ignores en mi morada de lumbres graciosas, llena de burlas fatídicas que se comunican en lenguaje exótico y sofisticado. Yo me encuentro en suntuosa sala tomando mis tés de valeriana boreal, con mis amigas las quimeras y mantícoras consumiendo nuestra lujosa merienda.

Las paredes se desprendieron y nos dieron de su compañía, mientras que tú te alejabas creyéndote mejor que la realidad que creé para los dos.

Mi letargo estuvo lleno de episodios licenciosos y visitantes lúbricos; portadores de la avaricia y las fiestas satíricas. Me rodeaba todo el tiempo de pretenciosos acaudalados que organizaban las mejores reuniones.

Hubo una vez que fui detrás de ti, en mis momentos de desorientación, y abusé de mi voluntad prestándote la más sincera atención. Me decías palabras cuerdas y yo no las percibía, como en realidad tu querías.

Una bailarina de papel se unió a nuestro festejo, danzando bajo la música nocturna de estrepitosas tamboras y trompetas. Las bestias del abismo bramaban con rudeza al son nuestras risas, sin embargo, hubo un sollozo que fue reprimido por los alegres ruidos y se perdió.

El llanto provenía de un pasillo inhabitado, de color blanco pero casi sin iluminación. Yo era el único que podía escucharlo y en unos cuantos pasos fantásticos llegué su origen.

Te encontré a ti desbordada en lágrimas sosteniendo tu corazón, sufriendo el castigo de mi venganza. No procreamos un ambiente favorable para los dos y nos motivamos por el odio que ambos comenzamos a proferirnos. Hasta el deseo se perdió y nos condujo el abandono, transitando caminos diferentes en los que ya no podamos lastimarnos.

Ilustración

Apoya a @celfditorial (nuestro proyecto) una revista de arte y cultura para la blockchain STEEM. Si te sientes parte de la comunidad @celfmagazine entérate más de el haciendo click aquí.