Crushes literarios, o como un personaje ficticio se convierte en un estándar del ideal

Cuando leemos, empezamos a imaginarnos cómo sería ese personaje que nos llama la atención por su personalidad, su atractivo o su forma de actuar. Conforme avanzamos en la lectura, la impresión inicial que tenemos del personaje cambia; incluso llegamos a quererle mucho por sus cualidades positivas, tanto que terminamos teniendo una suerte de crush literario. ¿Quién no ha sentido fascinación por personajes como el señor Darcy, el capitán Wentworth, o Edward Cullen, por no mencionar a algunos de los más populares entre las lectoras? ¿Quién no ha fijado los estándares de su pareja ideal en la personalidad del personaje, aunque esté consciente de que ese personaje es 100% ficticio?

En mi experiencia, tener un crush por un personaje ficticio proveniente de los libros y de los videojuegos no es malo, siempre y cuando estés consciente de que el personaje en cuestión no existe. Si bien es una fascinación temporal, es posible que las cualidades del personaje se conviertan en estándares de lo que sería la pareja de tus sueños; o, en algunas excepciones, de lo que NO es aceptable en la pareja ideal, de lo que se debe evitar en una pareja más realista.

Tomemos por ejemplo al señor Darcy y a Elizabeth Bennet, del libro Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen. Darcy es un hombre leal, cauto, discreto, honesto y franco, capaz de aceptar sus culpas. Es el epíteto de la pareja ideal para algunos miembros de la comunidad lectora (incluyéndome); es lo que muchos quisiéramos ver en la persona que pretenda ser nuestra pareja. No obstante, reconocemos que semejante persona con esas cualidades es rara de hallar o que tendrá al menos una de ellas. Elizabeth, por su parte, es una mujer de carácter fuerte y decidido, inteligente, discreta y sin temor a externar de forma oportuna su opinión sobre algún tema en concreto. Al igual que Darcy, Elizabeth también es un epíteto de la pareja ideal debido a su forma de enfrentar la adversidad y a que es capaz de aprender de sus propios errores.

Tanto Darcy como Elizabeth tienen como defectos el orgullo y el prejuicio, de los cuales ambos decidieron desprenderse a medida que iban conociéndose y socializando con los del círculo ajeno. Al final, ambos ofrecen entre sí la mejor versión de su propia persona sin descuidar sus cualidades definidas.

Y así como ellos, hay personajes o parejas que conforman ese ideal inalcanzable o inexistente que muchas veces nos formamos con respecto a las parejas de nuestros sueños. Ideales que nuestras parejas reales no van a cumplir al 100%, pero que nos ayudarían a la vez a apreciar lo que ofrecen a cambio.