"Cuando nos sorprendan las pruebas".

Cuando nos sorprendas las pruebas, tengamos presente: “Jesús nos ordenó embarcarnos y pasar a la otra  ribera”. Debemos tener claro que es  difícil, en efecto, para quien no soportó la prueba de las olas y del viento contrario, poder llegar hasta la otra ribera.  

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Cuando nos sintamos cansados y rodeados por múltiples y dolorosas dificultades, sin fuerzas para mover el timón, ya agotados de navegar en medio de ellas con la pobreza de nuestros medios, nos dejamos llevar por la imaginación y vemos barca en medio del mar, zarandeada, golpeada y movida de aquí para allá por las olas que quieren hacernos naufragar y hacernos perder la fe.

El hijo de Dios vendrá a nosotros, caminado sobre las agua del mar, cuando estemos confrontando los vientos durante largas horas en las oscuras noches, en esos momentos donde sentimos las pruebas más fuerte, luchando para evitar el naufragios estemos seguros que al final de la noche, cuando se asome el día, el vendrá y el viento y el mar se calmaran.  

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 Seguramente en ese proceso tendremos miedo, hasta que comprendamos que Él Salvador está presente.    

 "Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti".