Ataques de risa: De Lunes a Lunes por @yeceniacarolina

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Imagen elaborada en Canva

Hola, hola, mis amores después de varios días con fallas con el internet, por fín pude conectarme y comenzar a escribir en mi blog y qué mejor manera de hacerlo que contando sobe esas situaciones que nos arrancan un gran ataque de risa de esos sabrosos que no podemos parar y que podrían llegar a causarnos problemas.

Yo tengo una mara y un canasto para contar de esas situaciones y comienzo con con esta: Resulta que hace unos días mi querida madre me comenta que al edificio había vuelto un chico mala conducta que había cumplido una condena no sé por qué.

Ella me cuenta la historia y me dice que lo llaman el Chupi-Chupi. Acto seguido, puse mi cara de signo de interrogación y procedo a preguntarle. A todas estas, mi señora madre que es tremenda está muerta de la risa sin poder calmarse. En eso yo también comienzo a reirme hasta que nos calmamos.

El chico estaba recién salido de la cárcel y no contaba con ropa y la que tenía le quedaba muy ajustada... muy ajustada y cómo él es un hombre gordito, pues se le veía apretaíto todo o cómo dice mi mamá Chupi - Chupi. La cuestión está en que a mi se me olvida el chiste y días después yo bajo al supermercado y me encuentro al hombre en cuestión y verlo fue igual a soltar la risa sin control.

Estaba con mi hermana y ella me queda viendo con cara de te voy a matar y a mí me da más risa ver su cara, porque era verdad lo que decía mi mamá: toda la ropa le quedaba Chupi- Chupi y como yo sé que no iré al cielo, pues me segui riendo.

Otra anécdota que recuerdo también tiene que ver con un sobrenombre. Esta vez, el cuento viene por el lado de mi papá. Él es un señor muy tranquilo, callado y no suele emitir comentarios de otras personas con otros, a menos que sea con nosotras.

Una tarde se encuentra con una vecina de esas que le sabe la vida a todo el mundo. Papá suele evadirla, pero ese día no pudo hacerlo y, para no ser grosero con ella, se quedó conversando con ella. Justo cuando él disponía a decirle que se iba, pasa una señora por el lado de ellos y ella le ha dicho: Ahí viene la Momia Calva.

Papá no podía parar de reír y se vino para la casa. Cuando logra calmarse, me llama y me cuenta lo sucedido y yo he soltado la risa, pero no fue como la de él. Nosotros no somos de ponerle apodos a la gente ni burlarnos de sus defectos, pero sí nos asombra y, mucho, la capacidad de otros de hacerlo y ser tan pertinentes en su asignación.

Eso quedó allí. Nuevamente, bajo y me encuentro a la Doña y yo me he comenzado a reír descontroladamente. No podía parar y me queda viendo la señora y no sabía qué decirme y yo dije: Nada, aquí fue, aquí quedé. Me morí. Como pude me calmé y subí corriendo a mi casa muerta de la risa.

Por último, esta anécdota me pasó a mí. Fui a un comercio de renombre en mi país con unas amigas. Una de ellas, estaba muy contenta porque recién había podido tener su casa y la estaba amoblando. En ese tiempo, había ocurrido una reconversión en Venezuela y todavía la gente se complicaba con los montos.

Ell ve una silla muy bonita y se queda conversando con mi otra amiga sobre lo bonita que era y el lugar dónde la pondría y esas cosas. Justo en ese momento, yo me quedo atrás viendo algunas cosas. Despúes de un rato, me reúno nuevamente con ellas y veo la silla que lleva en las manos. Veo el monto y le digo, palabras más, palabras menos, el que tiene plata gasta en lo que sea.

Ella me queda viendo y me dice: ¡¿Ay sí está barato, verdad?! Yo agarro la silla y le digo ¿Esta niña tú viste el precio? y comienzo Unidad, decena, centena... Unidad de mil y así y cuando cae en cuenta del monto, su cara fue cambiando de color, de gestos... y verla fue igual a pasar toda la tarde con el ataque risa que se hizo más fuerte cuando la vi que devolvió la silla y le dice al chico: ¡No, ya no la quiero!

Yo sí me reí ese dia. Ella me quería matar y mi otra amiga ha comenzado a reírse y fue peor la cosa ¿Cómo es, Yecenia? Unidad, decena, centena... Unidad de mil... y más risa.

Definitivamente, la gente hace unas relaciones locas e inventa unas cosas que cómo les explico.

Pero ¡Qué sería de nuestras vidas sin esos ataque de risas!

¡Un abrazó, mis amores, se les quiere!

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Mis invitados

@mabraper, @cruzamilcar y @miyexi

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Me imagino tus risas mientras escribías este post. Qué bueno es cuando podemos reírnos a más no poder, a veces puede ser incómodo pero cuando pasa el tiempo y volvemos a evocar ese momento, cómo nos reímos. Un abrazo. Gracias por tu publicación en la comunidad hermana.

¡Disfruté demás con esta publicación, @charjaim!
Siempre es bueno evocar momentos divertidos. Más tarde paso por las otras publicaciones.

Que bueno que ries mucho gracias por compartir y contagiarme la risa, saludos