De lunes a lunes Semana 13 del 13 al 20 de diciembre/ ¿Quién me quita lo bailado? Club5050
¡Hola mis amigos queridos!
¡Así que, comencemos!
Lo primero que quiero que sepan es que yo tengo una vida como corredora. En estos momentos está en pausa, pero durante mi apogeo, fue bastante ocurrida, concurrida y, por demás, divertida.
Pero no es de eso de lo que quiero escribirles. Resulta que cuando daba mis primeros pasos en el mundo del running, mis avances eran muy lentos. Todavía no había desarrollado mi amor por correr, pero sí sabía que era muy bueno para mí. Nunca desistí. Logré mejorar mucho, tanto que logré resistir 18k sin pararme ni una sola vez.
Durante este período de superación hubo mucha gente que se mofaba de mi lentitud como decían ellos. Les juro que estuve a punto de dejarlo por eso. Respiré profundo y seguí. Un día una chica, bastante pedante para mi gusto, gritó a los cuatro vientos lo siguiente: "Vamos que hoy se corre al paso Camburita."
Ese es mi nombe artístico en el deporte. Después les cuento esa historia.
Todo se rieron, aunque hubo otros que no participaron de ese comentario tan fuera de lugar. Por primera vez, después de tanto tragar en seco, sus palabras lograron resquebrajar ligeramente mi autoestima como corredora, pero, léase bien, ligeramente. Respiré, me mordí la lengua y me quedé.
Comenzó el trote colectivo y todos arrancamos. Poco a poco el se fue dispersando el grupo. Los Caballos encabezaban el grupo. Los del medio y, bueno, los últimos. Recuerdo que eran 15k. Yo comencé como siempre lento pensando siempre en el camino de regreso y me enfoqué sólo en no morirme, porque correr, en serio, requiere de mucha concentración y fuerza de voluntad.
En el camino, recordé las palabras de la muchacha y, de pronto, me entró como una rabia como la que agarró Gohan cuando mataron a Gokú y se activo el turbo y he dejado atrás a las chicas que venían conmigo.
Adelanté bastante y me encuentro con que la chica que había hecho el comentario estaba rezagada y junto a ellas sus amigas. Todas me miraron con cara de ¿Qué? ¡No puede ser!
Las niñas intentaron acelerar el paso, pero no pudieron alcanzarme. Cuando llego al lugar indicado, todos se sorprendieron, porque no llegué de última y cuando llegó la otra chica, pude escuchar a un señor que me tenía mucho cariño (me tiene mucho cariño, realmente) decirle:
¡Muy lenta, muy Camburita, pero nadie le quita lo bailao!
Ese día sirvió para aprender tres cosas. La primera, no debo subestimarme. La segunda, hay emociones que son un detonante para mí y la tercera que soy más fuerte de lo que creía.
¡Un fuerte abrazo, mis amores y que su cafecito siempre esté caliente!
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Mis invitados
La imagen de portada fue creada en powerpoint y se usó una imagen de Pixabay creditos de la imagen a Mohamed_hassan.
Bueno como todo venezolano que le gustan las historias, cuando eches el cuento de la CAMBURITA me etiquetas no me lo quiero perder ja ja ja
Pero voy a ver quien me quita lo bailao a mi que nadie lo la hecho aun ja ja ja
Qué bueno, qué bueno, me gustó que dejaras atrás a la pedante esa. Te admiro, no te dejas influenciar por lo negativo; el aprendizaje obtenido fue valioso para ti y para quien siga tu ejemplo. Nadie te quita lo bailado.
Un fuerte abrazo.
Sí, aprendí algo de eso... Gracias por tu comentario @charjaim.
Buena publicacion, la disfrute... saludos y exito