The Diary Game - 10 de diciembre de 2020 - Venezuela - Tercera Temporada

Hola, amigos de Steemit y de mi diario. Dejo también saludos a @steemitblog, los curadores y nuestros representantes en Venezuela.

 
Antes de que mi señora viajara solíamos conversar mucho, uno de los temas más recientes se refería a lo que denominamos la ultra paciencia, esta condición con la que ahora vivimos. No hay día donde no se nos ponga a prueba.
 

Como siempre me desperté muy temprano, iría a Caracas a buscar una bolsa de comida que nos habían ofrecido. Al llegar al terminal la persona, con la que había acordado viajar, me informó que se le había presentado un problema personal urgente y que no podría ir. Me comuniqué por mensajes con mi señora y ella me respondió: “siempre vamos de la mano de Dios, lo mejor es lo que sucede.” Así lo vi también, entonces decidí irme a los alrededores del centro comercial “Las Américas” donde queda una sucursal del Banco de Venezuela, allí me dieron 200.000 bolívares en efectivo, el mes pasado pude sacar 400.000, pero esta vez solo eso.  
 

_{La cantidad de efectivo que están dando los bancos en estos momentos.}
 

Suena un poco ridículo que uno se desplace a una ciudad a sacar un efectivo que le va a servir solo para pagar el transporte, pero así están las cosas en este país. De regreso volví al terminal a esperar la unidad que me llevaría a Paya, pero antes pasé por el andén donde cargan hacia San Fernando y averigüé el precio del pasaje: diez dólares. Sin comentarios.

 

Llegué a casa muy acalorado y cansado porque me levanté antes de las cuatro de la mañana, pero también tenía hambre así que me comí la arepa que me había llevado para el camino y me acosté a descansar un rato. En la tarde llamé traté de comunicarme con mi señora para ponerla al tanto de los incidentes y saber de ella y su familia. La conseguí de buen ánimo. Conversamos poco y de manera entrecortada porque así están las comunicaciones pero pude saber de ella.
 

Luego me fui a escuchar música grabada, baladas y joropos, y me acompañé con un cafecito. Al rato me visitó mi amigo Juan, con la noticia de que había revisado al gato Dartañán y que este no era macho, como creía, sino hembra. Nos reímos del asunto. Así van transcurriendo los días, tratando de no ponerle mucho énfasis a los problemas que puedan ocurrir sino aliviando la carga con lo banal para que la salud esté bien.

_{Dartañán que ahora tendrá que llamarse Dartañana}
 

Deseo que tus días estén llevaderos.