Se hizo imposible trabajar en el taxi, por los repuestos, por los cauchos, por la escases de gasolina, por que no era factible acabar el cuerpito y el carro sin tener la entrada suficiente para lo básico. Pensé en aquel proyecto que tenia entre ceja y ceja y se tuvo que adelantar la jugada. Se materializo la idea. Como me dijo Leo cuando se empezó a cuajar el plan;

El asesoramiento lo tuvimos con un veterano en este tipo de labores, un buen amigo llamado Renee, que aparte de abrirnos la puerta de par en par nos contó sus secretos con una confianza que solo la gente buena como él hace. Después de darnos una charla muy explícita, de preparar sus productos paso a paso para que cogiéramos datos, nos puso a trabajar y plomo, a matar ese tigre. De allí salimos a nuestra cocina a preparar y darle personalidad a nuestros productos. Darle el toque de locura.

En marzo comencé en confabulación con @lilianajimenez, @ydelitza y @leonardoj333 a preparar y vender comida rápida en nuestra casa, hamburguesas y perros calientes. Comida chatarra pero con un buen toque de cariño, de buenos ingredientes y de una manera "particularespecial" para sacar un producto que es tan bueno cuando lo comes, como cuando lo ves.

Les dijo, la cosa no es picar lechugas, no es quemar carnes, no es coger las salsas mas económicas que ves en los estantes y juntar esas cosas dentro de dos pedazos de pan con orégano. Eso es para las hamburguesas de a 1 dólar. Cuando se quiere hacer las cosas bien y crear excelencia, tienes que sudarte la frente con empeño y cariño. Si se hace eso, se logran dos cosas, recibes mensajes luego de una entrega de puros elogios y el más importante, el cliente regresa por más.