Un pueblo donde los niños nacen envejecidos
Estimados lectores, les dejo este relato a ver qué les parece.
La memoria no se pierde sino que se adquiere y la experiencia, de manera ilógica, no tiene sentido, como tampoco tiene sentido dar consejos a los más viejos porque los jóvenes, pese a las pieles marchitas, no han vivido lo suficiente como para decir a los demás qué hacer con sus vidas. Los chicos de apariencia aconsejan a los viejos que son niños. Los que lucen como abuelos apenas dejan la silla de ruedas quieren corretear por las calles, pero sus cuerpos aún son muy frágiles, se fracturan con frecuencia. Para cuando los músculos y huesos se han fortalecido, ya les parece aburrido lo que haría un niño de cualquier otra parte del mundo. Los que se ven como chiquillos, van por la vida a un ritmo lento; suelen reunirse en las esquinas a platicar largas horas o a jugar dominó hasta que llegan la noche y los bostezos.
Usted se pasmaría si oyera las estupideces que se dicen los hombres y mujeres desdentados y de cuerpos encorvados a la hora del recreo en las escuelas. Una imagen paradójica: niños que no son niños tirando de las orejas de los abuelos en reprimenda por las travesuras propias de un viejo niño.
En este pueblo, el cura, que viste una sotana de unos 70 centímetros de largo, ofrece sus homilías con voz de niño y los que tienen rostro de abuelos son los que hacen la primera comunión. El alcalde tiene una cara angelical, como la de Harry Potter en la primera parte de la saga. Extrañamente, la gente que luce mayor se siente atraída sexualmente por los más viejos.
La comidilla es asunto de los que parecen más mozos. Las brujas, como se les dice a las chismosas, son muy atractivas. Adelaida, la hija mayor del matrimonio Martínez, es una linda mujer que tiene pocos amigos, la gente desconfía de ella por sus críticas viperinas, es mejor guardar distancia de esta señora muchacha. Hay también hombres muy jóvenes que tienen intemperantes cambios de humor.
En el pueblo, Agualinda se llama, no hay locales de belleza. Las niñas con apariencia de ancianas no entenderían para qué lucir como las más viejas, mientras éstas adquieren con el tiempo la tersura que en otras partes del mundo tienen las muchachas. En la mitad del ciclo de vida, las cosas se dan como lo que para nuestro entender sería la normalidad. Entre los 45 y 50 años, la gente sí aparenta su edad. Eladia, la madre de los Martínez, tiene 46 y ha descubierto los placeres del sexo con más intensidad porque si bien comenzó su actividad reproductiva 30 años antes, no era tan atractiva como ahora. Ramón, su marido, tiene 48 y siente que él y su mujer están en su mejor momento. Es muy raro, pero la libido se pierde cuando el cuerpo se rejuvenece.
En Agualinda las mujeres embarazadas tienen unas barrigas muy grandes. Cuando nacen los bebés se despierta en sus madres una suerte de sentimientos encontrados, algunos de repulsión, otros de la ternura que se siente cuando se ve a un viejito, nada parecido a lo que se podría experimentar cuando se está frente a un bebé normal. Muy pocos padres toman fotos de sus hijos cuando vienen al mundo, eso se hace cuando ya ha pasado algún tiempo.
No hay explicación del fenómeno de regresión vital de este lugar. Los más viejos (que lucen más jóvenes, ya se sabe), dicen que eso se debe a una prueba de manipulación genética que hicieron hace unas cuatro décadas unos científicos con unos lugareños. En realidad, estos últimos eran unos delincuentes que poco tenían que perder y aceptaron la oferta de los hombres de ciencia que pidieron a los voluntarios beber una extraña poción a cambio de dinero. Debían llevar a sus casas varias dosis que tomarían una vez al día y presentarse al laboratorio cuando se les terminaran las pócimas.
Según los ancianos jóvenes, uno de los hombres que se prestó como conejillo de indias vertió la extraña sustancia en la represa del pueblo y la gente bebió esa agua, por lo que quedó contaminada de por vida. Esa deducción de los ancianos se basa en que sólo uno de los voluntarios envejecía normalmente mientras el resto no sólo se rejuvenecía sino que con el tiempo tenían conductas propias de su edad pero en cuerpos de adolescentes y se hacían niños pero actuaban como viejos.
Hay otra versión según la cual, esas cosas pasan por una maldición que echó un anciano que llegó a Agualinda buscando ayuda material, algo de comida y ropa para vestir. Al verse rechazado por los indiferentes vecinos, pidió a los dioses que castigaran a la gente del pueblo de tal manera que entendiera que la vejez es asunto de respeto, que un abuelo merece cariño y reconocimiento. Esta explicación de la maldición es menos creíble, pero está muy arraigada entre los habitantes del lugar, quizás porque la ciencia no ha dado respuesta a este extraño fenómeno.
Para los Martínez, que siempre han vivido así, una y otra versión son valederas. ¿ Qué más da?, su vida no tiene otro sentido.
Gracias por leerme.
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Como siempre, un agradecimiento a mis compañeros de Ruta. Saludos.
Este articulo fue seleccionado por el equipo de @bebeth
Hola @tresminotauros, ¡Gracias por este contenido de Calidad!
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Muchísimas gracias amigos de @bebeth. Su apoyo es importante para mí y para otros muchos.
Excelente Larry, tienes la destreza narrativa de un ganador Nóbel, me fascinó.
Amiga, viniendo de ti, este comentario es más placentero. Gracias por tu apoyo.
Un abrazo.
Excelente relato, @tresminotauros. Llegué a él por haberlo promocionado en @EquipoCardumen. Además de estar muy bien escrito (sintáctica y lexicalmente), tiene una lograda coherencia narrativa tanto desde el narrador como en su perspectiva. Una suerte de mundo al revés, que motiva la reflexión acerca del valor de los estados etarios finales e iniciales y de la madurez. Interesante las conjeturas del origen de ese trastorno, y que quede abierto. Me gustó el final, aunque pueda pensarse como un poco fatalista. Saludos.
Saludos @josemalavem, gracias por leer y comentar. Estoy incursionando en este género y sé que voy a aprender mucho de ustedes.
Que interesante, como siempre relatos tan interesantes que nos atrapan, un abrazo.
Amiga @odalysrivero, muchas gracias por comentar. Qué bueno que te haya gustado.
Excelente 🎉🎉🎉
Saludos, muchas gracias @ginetteperez. Te extrañamos en Discord.
Jajajaja. Extraño pero ¡interesante! Saludos y éxitos.
Estimada amiga, siempre es un placer compartir contigo. Saludos.
Me recordó algo como el relato del famoso caso de Benjamín Button 🙂 pero usted, profe, le ha dado un toque demasiado envolvente... Siento que soy habitante de Agualinda. Por cierto que he creído siempre que no soy de esta época... ni la música que les gusta a mis contemporáneos, ni la ropa, ni otros asuntos me atraen como as ellos... Jajaja, es muy interesante lo que usted provocó que mi mente fraguare al leerle. Le felicito!
¡Caramba!, amiga @yrmaleza, qué gratas son sus palabras. A lo mejor usted se siente de Agualinda porque en las fotos que publica en su blog se ve cada vez más lozana. Muchas gracias.
Felicitaciones @tresminotauros, me gustó tu relato.
Saludos.
Muchas gracias, @antolinamartell. Vamos creciendo juntos. Saludos.