¿Quién quiere ser inmortal?, Parte II

Resumidamente el mayor problema que presenta esta tecnología es que no estás transfiriendo en el sentido estricto del termino, sino haciendo una copia de ti. Copias tu mente en un programa informático. Esta copia sentirá que eres tú, no va a notar la diferencia, de hecho pensará que estás siendo tú quien esta viviendo la nueva experiencia. Pero, realmente no serás tú, tu cerebro seguirá congelado en nitrógeno líquido incapaz de funcionar para siempre. Aquella persona que se congeló nunca despertara.

Es por esta razón que la transferencia mental es ampliamente discutida como técnica para alcanzar la inmortalidad. Si que existiría un ser dentro de un ordenador consciente de sí mismo, pero no sería uno de los nosotros.


Esto se está poniendo complicado, afortunadamente no es necesario usar tecnología futurista para poder vivir mas. Basta con usar una de las normas que rigen este Universo:

LA RELATIVIDAD ESPECIAL

La relatividad especial es especialmente difícil de entender, pero vamos a intentarlo: Imagínate que te encuentras con un amigo en una estación de tren y el tren tarda mucho en pasar. Para matar un poco el tiempo decidís calcular la velocidad de la luz. Para hacerlo simplemente apuntas un láser hacia una persona y sabiendo la distancia entre vosotros dos, contáis el tiempo que tarda en ir entre los dos puntos. Si lo hacéis bien, os saldrá unos 300 millones de metros por segundo.
Ahora imagínate que viene un tren pero lamentablemente no para y pasa de largo de la estación a 100 metros por segundo. Pero vamos a aprovechar la ocasión: Imagínate que en ese tren hay dos amigos igual que vosotros que están haciendo también lo mismo, calculando la velocidad de la luz. Uno en cada una de las puntas de un vagón, están lanzando un haz de rayos láser para calcular la velocidad de la luz.

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Tu serás listo y dirás: Bueno, pues a ellos les va a salir 300 millones de metros por segundos más 100 metros por segundo porque es la velocidad que ya llevan con el vagón, por lo que es muy fácil, les va a salir 300 millones, 100 metros por segundo. ¿No? Bueno, pues no, estas dos personas medirán exactamente lo mismo que mediste tú, si lo hacen bien: 300 millones de metros por segundo.
Es algo que se ha comprobado experimentalmente tanto en aviones como en satélites. Entonces, ¿Qué está pasando aquí? Bueno pues, bienvenido a la Relatividad Especial, si la velocidad y la distancia son las mismas, la única cosa que podemos cambiar en la ecuación es:
EL TIEMPO En efecto, el tiempo en el tren pasa ligeramente más lentamente que el de las personas que estaban paradas en la estación. Te parecerá raro, pero nos guste o no es así como funciona nuestro universo. No me digas que no es fascinante. Y esto no es algo malo, todo lo contrario, si bien al principio supuso un problema para los primeros satélites ya que sus relojes no tenían en cuenta la relatividad especial, a nosotros nos sirve para ser inmortales.