Hablemos de Género, las conductas socialmente aceptadas para hombres y mujeres...

A lo largo de la historia humana, desde la conformación de las primeras tribus primitivas, hasta las complejas sociedades modernas, los hombres y las mujeres se han visto de manera consciente o no, obligados al cumplimiento de parámetros sociales relacionados a formas de ser, actuar y comportarse.

La categorización cultural de hombres y mujeres como sujetos sociales diferenciados, destinados al cumplimiento de funciones específicas dentro del hogar y en el ámbito público, es lo que conocemos como Género, dicho de otra forma, el Género se refiere al conjunto de características asociadas a hombres y mujeres dentro de la sociedad , basadas en sus diferencias biológicas sexuales.

Siendo así, el género como categoría social divide a hombres y mujeres, y los encapsula bajo las figuras de “lo femenino” y “lo masculino”. De esta forma, cada grupo social, atendiendo al momento histórico, asigna significados simbólicos específicos para cada género, por ejemplo, en nuestra cultura occidental es común relacionar a la mujer a un comportamiento delicado y sutil, mientras el hombre se asocia a conductas toscas y agresivas.

Si reflexionamos al respecto, podemos observar como de manera generalizada los símbolos asociados a cada género, comprenden una desigual distribución del poder.

La categoría analítica “Sistema Sexo Género”, acuñada por primera vez por la antropóloga cultural Gayle Rubin en 1975, en su artículo “El tráfico de mujeres: notas sobre la economía política del sexo”, nos permite examinar de manera crítica las relaciones de dominación y subordinación entre hombres y mujeres, y analizar el proceso mediante el cual los niños, niñas, mujeres y hombres interiorizan las normas, valores, comportamientos y formas de relacionarse con los demás, que la cultura ha construido como diferenciales para ellos y ellas.

El análisis reflexivo sobre los estereotipos de género y los roles asociados a cada sexo, se convierten en un excelente punto de partida para la promoción del derecho a la igualdad y equidad entre hombres y mujeres en todos los escenarios de la vida pública y privada. En tiempos de cambios y transformación social es necesaria la participación de todos y todas por un mundo más justo y equitativo.