THE MATRIX, LOS PATRONES Y EL CEREBRO TRIUNO

Los seres humanos, sus sociedades e instituciones, guardan en sus cimientes estructuras diseñadas y grabadas no sólo en una dimensión física sino también en dimensiones más profundas, como el Yo Psicológico (roles de la personalidad) que define formas de ser y de relación con “sí mismo” y con los “otros”.

Cabe destacar, que dichas estructuras son atemporales y trans-generacionales, es decir, pasan de una generación a la otra y por ello mismo, no están sujetas a un tiempo determinado.

Así por ejemplo, la familia como grupo o institución, lleva dentro de sí un cumulo de información, la cual funge como sistemas y subsistemas que son transmitidos a los hijos y los hijos a sus hijos, re-produciendo estos contenidos como un patrón (éste puede ser social, cultural, emocional, nacional e incluso planetario).

Ahora bien, si enfocamos la atención en la palabra Patrón, encontramos que en el latín medieval se denomina “patronus” a cualquier arquetipo, prototipo, molde o modelo que hace la función de “padre” para reproducir ejemplares similares.

Hasta ahora; no se me ha suministrado una metáfora más precisa para comprender el funcionamiento de los patrones en la Sociedad, que la representación del “Agente Smith” en el film “The Matrix”. El agente Smith, ejemplifica de forma extraordinaria el funcionamiento de éstos “patronus”, pues él es el “padre” protector de una realidad virtual e interactiva llamada “The Matrix”.

Éste fue creado-diseñado para custodiar el orden establecido, es decir, las normas y leyes intrínsecas que dan sentido y funcionamiento al Sistema, sin embargo, Smith no sólo custodia el Status Quo, sino que su misión es un poco más profunda y compleja, es el vigía de los roles o estructura de Personalidad de quienes hacen vida en esa realidad virtual, por ello; cuando alguno salta del “patronus”, despertando a su propia condición e inicia un proceso de des-identificación de la Matrix y por ende de los roles que desempeña dentro de ella, Smith los persigue hasta eliminarlos, pues desde sus elegantes lentes negros, éstos son concebidos –ontológicamente- como virus desestabilizadores del “orden” establecido.

Podemos entonces, comprender a los patrones como estructuras energéticas conductuales, emocionales, culturales, económicas, como marcas guías, referencias que están grabadas en nosotros y que inciden en la forma como somos y respondemos a la vida.

Unas de las preguntas que merodean desde hace un tiempo, mi mente ordinaria: ¿Dónde están grabados estos patrones en los seres humanos y cómo trascenderlos? ¿Podemos salir de: THE MATRIX?

En un intento por comprender, recurro nuevamente a la forma como THE MATRIX conservaba a los cuerpos de los “durmientes”; éstos (seres humanos) se encontraban dentro de una incubadora similar a la placenta de la mujer, conectados por tubos alineados a la columna o específicamente donde se ubica la medula espinal.

Este dato no parece tanto una casualidad y mucho menos una ingenua coincidencia, cuando recurrimos a otras fuentes como la Neurociencia y las investigaciones sobre el cerebro realizadas por Roger Sperry y Paul MacLean. Según éstos investigadores, el cerebro está conformado por tres estructuras diferentes que desempeñan tres funciones distintas, física y químicamente diferentes y, sin embargo, interconectados en una totalidad:

1. Sistema Neocortical (del pensamiento y la imagen),
2. Límbico (desear y sentir) y
3. Complejo Reptil o Cerebro Básico (comportamiento).

Éste último, Paúl MackLean, lo define como: “el Sistema-R cuya estructura principal es el tallo cerebral y la médula espinal, los cuales sirven como un canal para los impulsos y la información entre el medio externo y el cerebro básico; el sistema reticular activador dentro del tallo cerebral, el cual canaliza información hacia el cerebro límbico y los sistemas neocorticales, los ganglios basales que proveen de la función motora, como también del almacenamiento de la memoria básica de los patrones sensoriales”[1].

Además de estas funciones, señala MackLean, la médula espinal filtra las vibraciones que entran hasta el tallo cerebral y por lo tanto es esencial para la comprensión del comportamiento humano relacionado con este cerebro. La médula espinal se extiende hasta lo largo de la espalda y es conductora de los impulsos o mundo exterior hasta el tallo cerebral, siendo la piel nuestra interfase. Luego del tallo cerebral estos impulsos pasan a través de un grupo de fibras, (sistema reticular activador) y llegan al cerebro límbico y luego a la neocorteza y desde allí los impulsos son devueltos a través del sistema nervioso eferente a los músculos para efectuar la acción en el mundo exterior.

Los poros de la piel son nuestra apertura o interfase con el mundo exterior y son los que permiten que la energía entre a nuestro cerebro profundo, estando expuestos y conectados los unos a los otros y con el medio ambiente, seamos conscientes o no de esta conexión.

¿Puede ésta conexión relacionarse con la teoría del Inconsciente colectivo de Carl Jung? Sí, todos estamos conectados colectivamente.

Volviendo al eje de mi artículo: los patrones, es a partir del estudio del cerebro Triuno de Paul MAckLean que Elaine De Beauport, desarrolla o enuncia (diez) 10 tipos de inteligencias, entre ellas, la Inteligencia de los Patrones propia del cerebro básico. Es en éste cerebro; al cual la autora prefería llamar cerebro del sistema nervioso, donde queda grabada la huella de nuestra herencia ancestral.

Dentro de la herencia existen contenidos y programaciones (no conscientes) que condicionan nuestro comportamiento. Quizá algunos de éstos patrones no sean tan favorables para nosotros, como por ejemplo: el maltrato o auto maltrato, la ambivalencia, el sacrificio, el abandono, el desamor, o en términos mucho más generales: la guerra, la escasez o la pobreza que pasan hacer, que se fundamentan en sistemas de creencias que configuran nuestra mirada y esta a su vez determinan nuestro comportamiento y por último nuestro destino.

¿Es necesario en consecuencia que filtremos los contenidos? Sí, sólo si deseamos ser cada vez más libres y auténticos. ¿Son estos marcos de referencia negativos o positivos para nuestras vidas? Si trascendemos la concepción dual de la existencia, es decir, del bien y el mal, pudiéramos decir que nos proporcionan experiencias y aprendizajes claves para la evolución y el crecimiento personal, sin embargo, el precio para ser cada vez más auténticos exige que dejemos de ignorarlos. No se trata de que sean buenos o malos sino del desarrollo de nuestra conciencia individual y nuestra liberación.

¿Cómo podemos hacerlo, cómo trascendemos los patrones familiares, sociales y culturales que no son beneficiosos para la vida? Recurro una vez más al film para responder, podemos comprender como una alegoría la lucha constante y permanente que sostiene Neo con el Agente Smith, sin embargo, éste no logra vencerlo hasta que ya dado por vencido, decide integrarlo a su cuerpo físico y una vez dentro, Neo le reconoce como una parte de sí mismo y consciente de sí logra neutralizarlo y trascenderlo.

En la trascendencia de un patrón, lo esencial es identificarlo, reconocerlo como una parte de nosotros mismos, en nuestros comportamientos, emociones o creencias. Una vez reconocido, existe la posibilidad de decidir cambiarlo o sustituirlo por una conducta, pensamiento o emoción nutritiva: como por ejemplo: la autoconfianza, el amor.

Es importante señalar, que en el tránsito de la des-identificación de “The Matrix” y en ese darnos cuenta de nuestras acciones, emociones y pensamientos condicionados, necesitamos ser pacientes y amorosos con nosotros mismos, justo cuando nos veamos reaccionando de la forma habitual. El perdón hacia nosotros mismos nos dará mayores posibilidades para el cambio que deseamos desde nuestro corazón y deseo.

Por Charlotte Alagna. Inspirado en mi propio camino de auto-conocimiento

Referencias:
[1] Características del Cerebro Básico. Las Tres Caras de la Mente de Elaine de Beauport
The Matrix. Hermanas Wachowski-