El juego del diario 15 de diciembre de 2025: Una taza de café y el tiempo

Saludos cordiales a todos los que están en esta plataforma, espero que estén siempre bien de salud y que todo vaya bien en sus rutinas diarias.

A las 7 de la mañana, encendí mi teléfono móvil para ver si había alguna notificación nueva, y después de activar los datos, vi los mensajes entrantes en el grupo y algunos otros mensajes privados. Las clases ya han vuelto a empezar, pero sigo sin ganas de ir a la universidad, sobre todo por la distancia y porque últimamente me he acostumbrado a estar de vacaciones. Por suerte, mi profesor solo ha enviado el material por el grupo y la asistencia sigue siendo online. Le he pedido a un compañero de otra carrera que me haga la asistencia sin tener que ir a la universidad.

La primera vez que salí de casa fue por la tarde, cuando fui a la mezquita para rezar el duhr. Durante toda la mañana me dediqué a usar el móvil para realizar algunas actividades habituales, como abrir la plataforma Steemit para hacer una selección y ver las nuevas notificaciones, abrir YouTube, TikTok e Instagram.

Alrededor de las 14:20 p. m. WIB, recibí un mensaje de un amigo invitándome a sentarme en una cafetería. Como en casa me sentía solo y aburrido, decidí ir a la cafetería. Se sentaron en Ali Kupie, uno de los lugares donde solemos reunirnos. El trayecto hasta la cafetería solo duró unos minutos. Una taza de café es la bebida habitual cada vez que nos sentamos en Ali Kupie, ya que el café aquí es famoso por su buen sabor y su agradable textura en boca. Cada minuto que pasé en la cafetería Ali estuvo lleno del aroma del café, que acompañaba cada actividad que realizaba en el móvil.

Mientras estaba sentado tranquilamente con mis compañeros de mesa, de repente empezó a llover intensamente sin previo aviso. Seguí concentrado en lo mío y en mi taza de café. Por la tarde, cuando la lluvia amainó, terminé mis actividades en Ali Kupie y me fui a casa después de pagar el café. Las calles estaban mojadas, señal de que acababa de llover.

Mi viaje en ese momento no fue directamente a casa, sino que me dirigí a la mezquita para realizar la oración del ashar. La mezquita Bujang Salim se encuentra justo en el centro de Dewantara, una de las mezquitas más grandes y cómodas. Y cada vez que vuelvo de la cafetería, suelo venir aquí primero a rezar antes de regresar a casa. Delante de la mezquita, frente a la verja, hay mucha gente y actividad: vendedores de comida, bebida y fruta, todo lo necesario para dar vida al lugar.

Cuando llegué a casa, eran ya las 6 de la tarde, estaba oscureciendo y mi madre no estaba en casa. Mi madre había vuelto al pueblo dos días antes y, al llegar a casa, mi madre me recordó que diera de comer a los patos que mi madre tenía como mascotas. Antes de que se hiciera tarde, antes de que se pusiera el sol, aproveché unos minutos para dar de comer a los patos. Cuando terminé, me di una ducha y me preparé para la noche.

Fui a la mezquita Bujang Salim cuando ya había terminado el iqamah. Al llegar a la mezquita, la oración del magrib en comunidad ya estaba en curso. Después de aparcar mi motocicleta, me lavé las manos y los pies y entré en la mezquita para realizar la oración del magrib en comunidad. El ambiente dentro de la mezquita estaba lleno de fieles. Al salir, vi que ya había oscurecido y no había luz del sol, solo las luces de la mezquita iluminaban el patio.

Cogí la moto y me fui a casa. Al llegar a casa, descansé un rato. El tío Bakhtiar volvió a casa de mamá desde su trabajo. Como no había suficiente comida en la cocina, el tío me pidió que comprara nasi goreng y me dio dinero para ello. Compré nasi goreng en el sitio de siempre, el warung Saini, en Krueng Geukuh.

Esta noche se ha ido la luz desde después del magreb, y en el lugar donde compré el arroz solo había luz de velas. Al volver a casa, disfrutamos de la cena a la luz de varios teléfonos móviles y una vela.

Esto es todo lo que puedo compartir en esta publicación. Muchas gracias a todos los que han leído mi artículo.

Saludos, @cymolan